“La esperanza no se pierde, y el camino de la reconstrucción del país pasa por la educación”

30 octubre 2014

Manolo Jiménez Castro es natural de Tarifa (Cádiz). Nacido el 23 de octubre de 1959 lleva ya casi 20 años de misionero en África. Ha estado ocho años en Togo (1996-2004), seis años en África del Oeste como Provincial (2004-2010) y cuatro años en África Central (2010-2014) también como Provincial. Manolo nos invita a apoyar la campaña inspectorial “Espacios de paz. Escuelas por la reconciliación en República Centroafricana” 

República Centroafricana, ¿uno de los países más pobres y abandonados del planeta? Suerte que los Salesianos están allí….en primera línea, como también lo están ahora en Sierra Leona y otros países luchando contra el Ébola. 
 
La República Centroafricana forma parte de la comunidad política de países de la Comunidad Económica y Monetaria del África Central (CEMAC)  formada por seis países. En la actualidad es el país que sufre condiciones de vida más precarias a causa de la inestabilidad política y de la inseguridad creciente debida a la falta de control.
 
Las dos comunidades salesianas de Bangui, en los barrios de Galabadja y de Damala, han permanecido durante toda la crisis, que comenzó con el golpe de estado del 23 de marzo de 2012, respondiendo a las urgencias más acuciantes. Durante varios meses han acogido, en el recinto de la comunidad, a decenas de millares de refugiados. Aún quedan varios centenares de refugiados en cada casa, pero la mayoría ya regresaron a sus hogares.
 
El país sigue viviendo momentos de incertidumbre, a pesar de la presencia militar extranjera que debería contribuir a apaciguar la tensión todavía existente entre las facciones que han luchado violentamente.
 
 
Con el proyecto “Escuelas para la reconciliación en República Centroafricana” las comunidades salesianas pretenden sanear el clima insalubre del país con el medio más eficaz y urgente: la educación de la juventud.
 
La crisis vivida en Centroáfrica ha puesto al descubierto las carencias enormes de la juventud en materia de educación y sólo un compromiso decidido por esta educación podrá ayudar al país a salir del atolladero. El proyecto prevé optimizar los recursos personales y estructurales de los centros educativos dirigidos por las dos comunidades salesianas para dar esperanza a los jóvenes que se encuentran des-escolarizados como consecuencia de la situación crítica del país.
 
Los recursos brindados por el proyecto permitirán contribuir acertadamente a la normalización de la vida del país y a mirar con esperanza el futuro, basándose en la formación sólida y alentadora de su juventud.
 
¿Es un país roto? el país dividido en dos bandos, se habla de un 20 por ciento de desplazados, más de 350.000 refugiados en otros países, crímenes de guerra y contra la humanidad… ¿Cómo conviven los salesianos con esta realidad?
 
El país está viviendo la situación más desastrosa desde su acceso a la independencia. Otras crisis habían sacudido los cimientos de la República Centroafricana, pero no hasta el punto tan crítico de esta vez. La comunidad salesiana ha respondido a este desafío con su presencia permanente, sin huir a pesar del riesgo evidente que la situación comporta, y tratando de poner en marcha proyectos que abran vías de solución al drama que la población está viviendo.
 
Frente a este panorama, ¿hay esperanza? Cómo afecta esta situación especialmente a la juventud, a la educación de los niños y niñas.
 
La esperanza no se pierde, y el camino de la reconstrucción del país pasa por la educación de sus niños y sus jóvenes. Ahí están los salesianos aportando la respuesta más oportuna en estas circunstancias. Con generaciones formadas y capaces de hacer frente a los retos del país no se recaerá en situaciones tan caóticas como las que la República Centroafricana ha vivido y continúa viviendo.

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