‘La crisis humanitaria más grande desde la Segunda Guerra Mundial’

24 septiembre 2014

En una intervención de Cáritas sobre la crisis del Medio Oriente, el cardenal salesiano Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, presidente de Cáritas Internacional, ha afirmado que el mundo está enfrentando “la crisis humanitaria más grande desde de la segunda Guerra Mundial”.

En la apertura de su discurso el cardenal ha puesto en relieve la situación de miles de niños obligados a abandonar sus hogares en Siria, de aquellos que no pueden ir a la escuela en Gaza, y de los cristianos del norte de Iraq, cuyas casas son marcadas con la palabra “Nazareno” para identificarlos.

Frente a tanto mal, “occidente busca de construir una alianza militar y pretende intervenir con aviones caza y drones en Siria e Iraq. Pero la violencia no es jamás una respuesta. Llevará solamente a una mayor e ‘inútil masacre’ como dijo el Papa Benedicto XV a propósito de la Gran Guerra del 1914-1918”, dijo el cardenal.

“Para la Confederación de Cáritas la primera tarea es humanitaria. El desafío es enorme” ha afirmado el prelado salesiano; que constata la dificultad de hacerse presente en los numerosos frentes de emergencia, y con una disminución considerable de los recursos disponibles, agregó: “Varios países, incluso aquellos que pertenecen al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, están suministrando armas y municiones para sostener la guerra y las consecuencias que ello comporta. Muchos de esos mismos países que han disminuido la ayuda humanitaria se cuentan entre los que proveen un mayor número de armas. Parece que no hay bastante dinero para ambas cosas, y las agendas políticas priman sobre las personas.”

Óscar Rodríguez Maradiaga ha subrayado varios aspectos a tener presente para lograr una paz duradera en el Medio Oriente: detener el envío de armas a los países en conflicto; finalizar el bloqueo a la franja Gaza por parte de los israelíes, el reconocimiento por parte de Israel de Palestina y el retorno de los dos países a las fronteras de 1967; y un mayor respeto al construir la paz en Iraq y en los otros lugares en conflicto que no pretenda ser impuesta desde afuera, sino que sea cultivada dentro.

El Cardenal concluyó su intervención invitando a los presentes a empeñarse a buscar la paz también en la oración continua.

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