El Papa Francisco en Corea, modelo de auténtica comunicación

19 agosto 2014

"No puede haber un diálogo auténtico si no somos capaces de abrir la mente y el corazón, con empatía y sincera acogida hacia aquellos a los que hablamos", así dijo el Papa a los obispos asiáticos que participaban en el Día de la juventud asiática, el pasado 17 de agosto en el santuario de Haemi. Luego, con su persona y su forma de actuar, más que con palabras, se mostró como un verdadero modelo de comunicación.

Comunicar es entrar en contacto real con las personas
No es algo nuevo ver que el Papa abraza a las personas con discapacidades o a los niños. El Papa Francisco revela una genialidad propia. En el salón donde estaban reunidos los niños abandonados de Kkottongnae, estaba un niño de dos o tres años, con daño cerebral, que continuaba chupándose los dedos. El Papa se acercó y le miró fijamente para saludarlo. Luego, ante la sorpresa general, lo levantó y puso su dedo en la boca del bebé y se quedó mirando al niño con dulzura; el niño, tranquilo chupaba el dedo del Papa. En ese momento, los ojos del niño se encontraron con los del verdadero Papa. Y lo demostró con una sonrisa de ángel.

Comunicar es diálogo, no monólogo
“¿Quieren escuchar todo este largo discurso o prefieren hacerme preguntas dejándome simplemente decir alguna palabra?” La exclamación unánime de los estudiantes llenó el auditorio: “¡Escucha nuestras palabras, por favor!” Yo estaba en el escenario, así que podía ver lo que la gente no podía. El Papa anotaba las preguntas de los jóvenes, pero luego respondía en inglés y en italiano, siempre improvisando. Claramente quería un diálogo que pasara de corazón a corazón, no el seguir un texto escrito con antelación.
 

El diálogo auténtico requiere una gran capacidad de empatía. El reto es no limitarse a escuchar las palabras que otros pronuncian, sino captar la comunicación no verbal de sus experiencias, esperanzas y aspiraciones, de sus dificultades y de lo que más valoran. El Papa enseña a todos que la comunicación requiere apertura de mente y corazón para aceptar a personas y culturas.

Comunicar es construir el reino de Dios
“En este espíritu de apertura a los demás, espero firmemente que los países del continente con los cuales la Santa Sede aún no tiene un relación plena, no duden en iniciar un diálogo para el beneficio de todos”: el Papa no calla ni tiene miedo de abordar los problemas que impiden la verdadera libertad de la Iglesia. Lo que dice a los obispos de Asia es la propuesta de un diálogo abierto con los países de la zona que aún no tienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede, como China, Corea del Norte, Vietnam, Myanmar, Laos o Brunei.

Comunicar es seguir el ejemplo de Cristo
El diálogo entre Dios y los hombres fue una persona de carne y hueso, que vivía en medio de los hombres, experimentando alegrías y sufrimientos. Solo si se sintoniza verdaderamente de corazón a corazón con ellos, los hombres pueden de nuevo sentir la voz de Dios. Esto es lo que el Papa Francisco ha enseñado a todos en su viaje apostólico a Corea.
 

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