El patio salesiano, histórico escenario privilegiado de encuentros y acompañamiento, halló en el siglo XXI, nuevas extensiones y oportunidades que no saben de límites de tiempo ni de espacio. “Para Don Bosco: Casa, Parroquia, Patio y Escuela no son espacios físicos, sino actitudes del corazón entrelazadas y mezcladas, donde la presencia de una, implica la de las otras. Se trata de actitudes para vivir en la casa salesiana que no se declaman, sino que se experimentan”, aseguró Juan Pablo Massimelli, responsable de Pastoral en Talleres Don Bosco.
Más de 80 animadores de distintas casas salesianas de Montevideo, Las Piedras, y otros centros educativos católicos montevideanos, participaron en los talleres formativos: Recreación y animación, oración, y celebraciones, Iglesia en salida, Primeros auxilios, Acompañamiento, Preparación y ejecución de eventos y Nuevos Patios Salesianos.
El patio salesiano es lugar para el encuentro con el joven, para compartir su vida y sus inquietudes, donde el educador se pone a su nivel, le muestra que ama lo que él ama, y donde surgen propuestas significativas para su vida.
En el tiempo del oratorio de Valdocco, en Turín, no existían Facebook, WhatsApp, Instagram ni Snapchat. Hoy, en pleno siglo XXI, las redes sociales son parte del día a día de los jóvenes, escenario donde se forjan relaciones y propician encuentros. Y es en este contexto que el patio salesiano se expande para tomar un nuevo lugar y ser también, un patio digital.
“Cuando el educador y joven comparten amistad en un perfil, están poniendo en común parte de sus vidas que circula por esas redes… Genera un desafío en la manera de estar, de establecer esa relación, de mantener el espíritu de familia y la ‘amorevolezza’ que lleva a valorar al otro y a crear un clima de confianza”, afirmó Massimelli. “El reto es encontrar caminos, medios y propuestas que permitan invitar a los jóvenes a sumarse para recorrer juntos un camino que sea verdadero soplo de vida, de aire fresco de Dios, de presencia del Espíritu en sus vidas”, acotó.
Para los animadores, educadores, sacerdotes, hermanas, queda el desafío de responder a esta nueva realidad de la mejor manera para que realmente los encuentros en las redes sociales sean una extensión del patio del colegio. ¿Cómo usaría Don Bosco su Snapchat, qué historia mostraría en Instagram?