‘Como familia queremos ser testigos del amor de Dios entre nosotros y hacia los demás’

26 diciembre 2017

 El salesiano cooperador y coordinador de las Escuelas Salesianas de Cataluña y Huesca, Carles Rubio, presenta para SMX su vocación familiar. Acompañado por Ana Arbona, su mujer, han ido regando juntos esta vocación de servicio y hoy, empiezan a recoger los primeros frutos.

P.- ¿Cuál ha sido vuestra trayectoria familiar?
CR.-
Los dos participábamos del movimiento juvenil salesiano; Ana en Martí-Codolar y yo en Badalona. En el CampoBosco de 1991 tuvimos la oportunidad de compartir muchos buenos momentos que provocaron un punto de inflexión en nuestra relación. Pocos años más tarde nos casábamos en los jardines de Martí-Codolar.

Ambos somos salesianos cooperadores y somos miembros del centro local de Badalona. Ana es delineante proyectista pero en los últimos años ha hecho un paréntesis en su actividad laboral para poder dedicarse en plenitud a la familia, lo cual compagina con una gran implicación en la animación de los grupos de fe de la casa salesiana de Badalona.

Por mi parte, intento vivir mis responsabilidades con la misión de la Iglesia con el estilo, la espiritualidad y el carisma salesiano. Así lo siento en el desarrollo de mi servicio en la coordinación de escuelas en la Inspectoría y en la animación de grupos de fe, pero muy especialmente, siendo padre y esposo.

Pau (20), David (17) y Jordi (13) son nuestros tres hijos. El mayor estudia arquitectura en Barcelona, el mediano está cursando segundo de bachillerato y el pequeño segundo de Secundaria. Todos ellos son o han sido alumnos de los salesianos y forman parte de grupos de fe de la casa.

P.- ¿Cómo vivís vuestra vocación familiar? ¿Cuál es la misión que crees que Dios tiene para tu familia?

CR.- Sentimos y vivimos que nuestra familia es una pequeña iglesia doméstica, una primera comunidad inserta en otra mucho más grande y abierta al mundo. Dios nos llama a todos y cada uno de nosotros de una forma singular y única. Como familia queremos ser testigos del amor de Dios entre nosotros y hacia los demás, esa es nuestra vocación familiar. Y os aseguro que somos personas con intereses, perspectivas, pensamientos y realidades muy diferentes. La clave de todo está en que nos queremos, es decir, que deseamos para cada uno de nosotros la plenitud. Y esa meta sabemos que sólo la podemos alcanzar en Jesucristo.

P.- Cómo familia, ¿qué ha hecho la Familia Salesiana por vosotros?
CR.-
Ana descubrió la Familia Salesiana a través de la Hijas de María Auxiliadora (es antigua alumna). Por mi parte soy “hijo” de los salesianos. Ninguno de nosotros entendería su vida sin la Familia Salesiana. En el ambiente salesiano aprendimos a ser personas, crecimos y seguimos creciendo en nuestra fe. El listado de SSCC, FMA o SDB que han influido positivamente en nuestras vidas es inmenso. En la Familia Salesiana hemos hallado relaciones personales auténticas que han sido y son expresión del amor de Dios. Somos personas muy afortunadas porque podemos vivir con sentido y plenitud nuestra realidad de cada día. Y todo ello se lo debemos a Don Bosco y a María Mazzarello.

 

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