Una fiesta inspectorial que construye puentes y visualiza el futuro

7 mayo 2018

La fraternidad expresada en la alegría del reencuentro fue el distintivo de la cuarta Fiesta de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora celebrada en el colegio de Barcelona Horta el pasado 5 de mayo. Una fiesta especial porque su punto culminante fue la toma de posesión de Ángel Asurmendi como nuevo superior de la inspectoría para el sexenio 2018 – 2024.

Don Francesco Cereda, vicario del Rector Mayor y testigo cualificado de la aceptación del nuevo inspector, pidió a todos los salesianos que fueran testigos apasionados del Señor, combatieran la mediocridad o la inercia y encendieran el fuego de la pasión apostólica expresada en la entrega a los jóvenes y en el trabajo codo a codo con los laicos.
 

 
Ángel Asurmendi ha sucedido en el cargo a Cristóbal López, presente también en la fiesta y en la actualidad, arzobispo de Rabat, Marruecos, desde hace dos meses; él también tuvo palabras de agradecimiento.

 
Antes de la concelebración, los salesianos participaron en un acto de familia en el teatro del colegio: un simpático audiovisual que presentó los 75 años del colegio y tomó la palabra su titular, Miquel Armengol, para hacerlo a continuación el Vicario del Rector Mayor y el nuevo inspector. Ángel Asurmendi afirmó: “La mayor riqueza que tenemos en la inspectoría son las personas” y dio gracias por el testimonio de tantos salesianos que acumulan años y fidelidad, en especial por los 25 que con ocasión de esta fiesta celebraban sus bodas de oro o plata, tanto de sacerdocio como de vida religiosa. El momento en que estos salesianos subieron al escenario para recibir el agradecimiento y el aplauso de todos fue muy emotivo.

“Partir del camino ya recorrido en estos cuatro años y construir desde lo positivo” fue una consigna repetida en las alocuciones tanto de don Francesco Cereda como de Ángel Asurmendi, quien realizó también una vigorosa llamada a construir puentes desde la rica diversidad de la inspectoría y visualizar juntos un futuro mejor de relaciones positivas.
 
Antes de la comida fraterna, un grupo de “castellers” deleitó a los presentes con la ejecución en el patio de varias torres humanas. La fuerza de sus brazos entrelazados sumando el esfuerzo de todos fue una hermosa imagen del objetivo de avanzar juntos como inspectoría sumando la riqueza de las propias diferencias. 

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