La guerra en Sudán del Sur desborda con 180.000 refugiados el campo de Kakuma

27 marzo 2015

El campamento de refugiados de Kakuma, en Kenia,  sigue desbordado. La guerra en Sudán del Sur continúa marcando el flujo de llegada de las personas que lo dejan todo y huyen de la violencia. Los misioneros salesianos trabajan en este recinto construido inicialmente para 120.000 personas pero que en la actualidad alberga a más de 180.000 personas. El objetivo es dotar de nuevos servicios y una escuela de formación profesional a un parcela contigua, pero de momento sólo está el terreno porque falta la inversión.

La población sigue llegando al campamento de Kakuma desde Sudán del Sur huyendo de la guerra, aunque en menor número que hace un año. Esta situación sólo depende de los combates en el país vecino: si se recrudecen aumentan las llegadas y, al mismo tiempo, también lo hacen las tensiones en el campamento, ya que numerosas personas de las tribus enfrentadas también conviven en él.

Para poder atender a los nuevos refugiados que van llegando se ha adecentado una nueva área adyacente al campamento llamada Kakuma 4. En ella no hay servicios disponibles y las organizaciones que trabajan en él están tratando de construir las infraestructuras adecuadas. A los Salesianos se les ha asignado una parcela cerca de una de las capillas para desarrollar un centro de formación profesional.
 
El campamento sigue colapsado y desbordado a la hora de poder atender a todos los refugiados. La idea inicial era acoger a un máximo de 120.000 personas, sin embargo en la actualidad viven en él más de 180.000 y el número aumenta cada día.
 
De momento tienen  el terreno, pero falta delimitarlo con una cerca, levantar algunas construcciones y obtener algunas máquinas y equipos. Después de consultar a los refugiados, los misioneros salesianos han decidido que comenzarán con clases de carpintería, soldadura, confección e inglés para adultos, ya que no hay una forma común de comunicación entre los refugiados de diversas nacionalidades que llegan al campamento.
 
Los misioneros se han marcado como una emergencia este objetivo con el fin de encontrar fondos para poner en marcha los talleres y las aulas y poder equipar este nuevo centro de emergencia para los refugiados.
 
El futuro de los jóvenes
 
Los misioneros salesianos en Kakuma comentan que "cuando vemos a tantos jóvenes en el campamento que no tienen nada que hacer y dan vueltas sin rumbo sabemos que se meterán en problemas". Pero para evitar episodios de violencia, los salesianos son conscientes de que "tenemos que llevar los servicios y la atención más cerca de los refugiados".

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