La formación, el placer más noble

5 septiembre 2019

“El mejor experto también fue un día aprendiz. Por este motivo, del 1 al 6 de agosto en Sanlúcar la Mayor ha tenido lugar la tradicional Escuela de animadores. Cambian los formatos, quizás incluso los contenidos y los modos de obtener la titulación, pero permanece el genuino estilo salesiano que sigue contagiando a cientos de jóvenes que se enamoran del estilo salesiano a través de la formación. 

Como cada año, pedí a los participantes de mi Casa – actualmente Jerez Lora Tamayo – que me entregaran una valoración personal de la experiencia vivida.
 
Y las respuestas obtenidas me han llevado a escribir estas líneas. No somos conscientes – o sufrimos a veces amnesia – del enorme bien que estamos haciendo y la huella que trazamos en el corazón de tantos muchachos y muchachas.
 
Una de los jóvenes participantes decía literalmente: El ambiente de la escuela era un ambiente de familia en el que estábamos todos para todos. He conocido a personas que se han convertido en referentes en mi vida. Me lo he pasado muy bien y he recibido mucha formación muy importante y esencial para un animador salesiano.
 
En esa misma línea se expresaban otros muchos: Estoy muy satisfecha con el trato recibido, resaltando el tiempo de dedicación que le ha dedicado cada profesor para darnos lo mejor de ellos mismos en el momento de la explicación del tema, la dinamización de actividades que han ido alternando con el contenido y el acompañamiento del profesor durante cualquier tipo de actividad tanto grupal como individual.
 
Parafraseando a Séneca, ningún viento es favorable para el que no sabe dónde va. Por suerte, este grupo tendrá más fácil dominar las posibles tempestades que con toda seguridad encontrarán en su vida. Y es que la formación, será un tesoro que seguirá a su dueño a cualquier lugar.
 
Desde aquí mi más sincero reconocimiento al loable trabajo que realiza la Escuela Don Bosco de Tiempo Libre. Muchos hemos pasado por sus aulas, como docentes y como alumnos. Y en ambas etapas, el resultado fue el mismo: quien se atreve a enseñar, nunca debe dejar de aprender. ¡Gracias!”
 

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