ESTUDIO DE LA PALABRA| CICLO A – XIX DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO

7 agosto 2023

Propuesta de Lectio Divina personal (o en grupo)

XIX DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO Ciclo A (Mt 14,22-33)

 

 

ORACIÓN

 

Creemos que estás en medio de nosotros, Padre, y en nuestro interior;

creemos que el Espíritu de tu Hijo nos impulsa.

Te pedimos que no dejamos de estar abiertos al Espíritu,

y que sepamos escuchar sus insinuaciones.

Que venga sobre nosotros tu Espíritu

que nos ayude a conocer más a tu Hijo

a través de la Palabra que ahora escucharemos.

(B) PASOS PARA LA MEDITACIÓN

  1. LEE…

¿Qué dice el texto?

Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.

Texto (Mt 14,22-33)

Después que se sació la gente, Jesús obligó a los discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran rumbo a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y una vez que la despidió, subió al monte, a solas, para orar; al caer la tarde, estaba solo allí. Mientras, la barca se hallaba ya en medio del lago, batida por las olas, porque el viento era contrario. Hacia las tres de la madrugada se dirigió a ellos andando sobre el lago. Los discípulos, al verlo caminar sobre el lago, se asustaron y decían: «¡Es un fantasma!», y se pusieron a gritar llenos de miedo. Jesús les dijo: «Tranquilizaos. Soy yo, no tengáis miedo». Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre las aguas». Él dijo: «Ven». Pedro saltó de la barca y fue hacia Jesús andando sobre las aguas. Pero, al ver la fuerza del viento, se asustó y, como empezaba a hundirse, gritó: «¡Sálvame, Señor!». Jesús le tendió la mano, lo agarró y le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?». Cuando subieron a la barca, el viento se calmó. Y los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: «Verdaderamente tú eres el hijo de Dios».

  1. MEDITA…

¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Las dos modificaciones que introduce Mateo sobre el relato paralelo de Marcos (el episodio de Pedro, y el reconocimiento final de sus discípulos), imprimen a este relato un tinte claramente eclesial y un valor simbólico. La barca en que se encuentran los discípulos es en realidad la iglesia, acosada en la noche por vientos contrarios y sacudida por las olas. El desconcierto inicial de los discípulos: es un fantasma, se convierte al final en una confesión de fe: verdaderamente eres Hijo de Dios; la misma que hará Pedro en nombre de los doce (Mt 16,16), y el centurión pagano al pie de la cruz (Mt 24,57). Esta confesión es fruto del encuentro personal con Jesús, que se manifiesta como Dios: yo soy (Ex 3, 14). El relato describe, pues, el proceso de encuentro con Jesús que todos los discípulos han de vivir personalmente. El episodio de Pedro (Mt14,28-31), que sólo se encuentra en este evangelio, revela la importancia que tiene este apóstol en el primer evangelio.

En Mateo Pedro aparece como portavoz del grupo de los doce (Mt 15,15; 16,16; 26- 33), recibe una instrucción de Jesús en privado (Mt17,24-27), y el encargo de una tarea singular en la iglesia (Mt16,17-19). En este pasaje que comentamos, aparece como modelo de todos los creyentes, que se debaten entre la confianza y el temor que provocan las adversidades. Sin duda la presencia singular de Pedro en este evangelio se debe al influjo del apóstol en las comunidades cristianas de Siria, a las que se dirige Mateo. Pedro era para ellos el gran maestro, y representaba un punto de encuentro para las diversas tendencias y grupos de la comunidad. El relato de la tempestad calmada contiene una enseñanza dirigida a la comunidad cristiana de todos los tiempos, para que afronte con valentía, como Pedro, el riesgo del encuentro con Jesús; y para que, sintiendo siempre su presencia, no vacile ni tenga miedo ante las dificultades que la acosan.

Sugerencias:

  • “La oración derrota el miedo, libera de todo lo que nos pesa”
  • “Señor, enséñanos el secreto de tu ingravidez, de tu seguridad, de tu Fe”.

 

  • “¡Animo, soy yo, no temáis!”
  • “¿Por qué has dudado?”

 

  1. CONTEMPLA Y REZA…

¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Sugerencias:

Te necesito Señor, en mi barca, en mi vida.

No me dejes dudar nunca que estoy en tus

manos, que eres Tú quien me sostiene.

.4. ACTÚA…

¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

  1. COMPARTE…

Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.

  1. DA GRACIAS…

Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.

 

Gracias, Padre, por lo que me has revelado con esta Palabra.

Ayúdame a progresar en el conocimiento de tu Hijo, Jesús,

y hazme dócil a la acción del Espíritu en mi vida.

 

Fuente Oración: Evangelio al dia 2020 Ed. CCS

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