EPN | CICLO A – II DOMINGO DE CUARESMA

27 febrero 2023

Evangelio Mt 17, 1-9

NARRADOR: En aquel tiempo Jesús se encontraba rodeado de sus discípulos y de mucha gente que había venido de lugares vecinos a escucharle. Cuando acabó de hablarles, Jesús se levantó

JESÚS: ¡Pedro, Santiago, Juan, venid conmigo!

PEDRO: ¿Qué quieres, Maestro? ¿Dónde tenemos que ir?

JESÚS: Pienso que es un buen día para subir al monte Tabor.

JUAN: ¡Estupendo! El panorama desde allí resulta impresionante.

SANTIAGO: ¡Vamos ya! Hace tiempo que no subo al Tabor.

NARRADOR: Cuando llegaron a la cima, Jesús se transfiguró delante de ellos. Su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Entonces aparecieron Moisés y Elías que comenzaron a hablar con él. Los discípulos no entendían nada de lo que hablaban.

JUAN: Señor… ¡Qué hermoso es estar aquí!

SANTIAGO: Es verdad, Jesús. Ahora vemos lo importante que eres.

PEDRO: Maestro, si quieres haremos tres cabañas: Una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

NARRADOR: Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra. Y una voz desde la nube decía:

VOZ: Este es mi Hijo amado, el escogido. ¡Escuchadlo!

NARRADOR: Al oírlo, los discípulos miraron a todos lados y no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.

JESÚS: Levantaos. No tengáis miedo. Vámonos ya junto a todos. Es hora de regresar.

NARRADOR: Los discípulos no acertaban a entender lo que había pasado. Y pensaban en la cara de incredulidad que pondrían sus compañeros, cuando les contaran lo que había pasado. ¡Se van a quedar de piedra!

JESÚS: No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.

Un día Jesús compartió con sus amigos un secreto, los llevó a una montaña alta y se lleno de luz, mientras hablaba con Moisés y Elías,  una voz decía: «Este es mi Hijo amado. Escuchadle». Esto ocurrió para darles ánimos, de tal modo que cuando le vieran morir en la cruz no perdieran la esperanza del todo y recordaran lo que pasó en ese monte, cuando él se les apareció revestido de luz.

Señor,

ayúdanos a estar dispuestos a arrancar

y quitar del corazón y de la mente

todo aquello que nos dificulta

para poder “transfigurarnos”

y seguir como amigos de Jesús.

Vamos a jugar

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