EPN | CICLO B – IV DOMINGO DE CUARESMA

5 marzo 2024

Jn 3, 14-21

NARRADOR: En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

JESÚS: Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

NEN 1: ¿Vida eterna? ¿Qué nos quieres decir con vida eterna?

NARRADOR: Nos quiere decir que vivirá para siempre. Pero atento que aún no ha terminado.

JESÚS: Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

NEN 2: Su hijo es Jesús, ¿verdad? Entonces, como yo creo en él, me salvaré.

NARRADOR: Claro, todos los que creemos el Él y hacemos lo que Él nos enseñó viviremos para siempre.
Pero escuchad, que esto os lo explica ahora.

JESÚS: Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».

Cuando somos egoístas, nos peleamos y hacemos que salga nuestra peor parte, nos estamos haciendo daño a nosotros y a los demás. En esos momentos no tenemos nada que ver con Jesús, porque él estaba lleno de bondad, de generosidad y era muy solidario con todos, llenaba sus vidas de amor y alegría. Y nosotros ¿cuándo somos luz? ¿Cuándo somos de Jesús?
Señor, vengo a encontrarme contigo.

Necesito tu luz y tu verdad
para poder realizar todos mis compromisos
desde el amor.

Quiero reconocerte en todo y en todos,
como una expresión de mi entrega,
por amor, a tu voluntad.

Vamos a jugar

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