Del 29 de julio al 7 de agosto, los días del Campobosco, diversos participantes en esta gran cita juvenil salesiana contarán desde dentro sus vivencias: será un auténtico “Diario de un peregrino”. La primera entrega la firma Javier Garrido, joven animador y aspirante a Salesiano Cooperador de Sevilla Trinidad.
Nos ponemos en camino
A las 2 y media de la madrugada del 29 de julio comenzaba este Campobosco 2018. Cádiz daba el pistoletazo de salida, siendo los primeros en ponerse en camino hacia Barcelona. A los gaditanos los siguieron el resto de peregrinos andaluces para que a los primeros rayos de luz lo empezaran a hacer el resto de participantes de toda la península.
Tras los largos trayectos en bus, los peregrinos fueron llegando a Martí Codolar, en Barcelona. Los primeros fueron los canarios, seguidos de los participantes de Andalucía, Cataluña, Madrid, y un enorme etcétera. Desde las 4 de la tarde, el patio de Martí Codolar empezó a llenarse de jóvenes que con sus maletas cargadas de ilusión comenzaron a instalarse.
Una vez instalados, hubo tiempo para las primeras conversaciones, saludos, presentaciones y encuentros. Todos los animadores de grupos, 38 en total, tuvieron su primera reunión, al igual que todos los salesianos, Hijas de María Auxiliadora y salesianos cooperadores que participan en este Campobosco 2018.
Y acabada la cena, la gran inauguración del encuentro. Los casi 700 participantes nos congregamos en uno de los patios, donde primero cantamos el himno, luego nos presentamos por inspectorías, tuvimos tiempo para orar para poner el encuentro en manos de Dios y juntarnos ya en los grupos.
Las primeras “Buenas noches” de nuestro Campobosco nos las regaló Chari García, Inspectora de las salesianas de España, invitándonos a dejarnos sorprender por Dios, a dejarnos interpelar por los lugares salesianos y a sentirnos peregrinos.
