Aprender a decir no a las tentaciones que ofrece el mundo

16 noviembre 2019

El pasado jueves 14 de noviembre se llevó a cabo un encuentro en la Cooperativa San Juan entre un grupo de internos del Centro Penitenciario de Jaén, acompañados por el salesiano Pepe González, consiliario de la Pastoral Penitenciaria, dentro de las salidas programadas por la Pastoral y el Centro. 

Fueron recibidos a primera hora de la mañana el párroco Germán García y un nutrido grupo de voluntarios colaboradores de la Parroquia en la sede de la cooperativa, representada por algunos miembros de su consejo rector y algunos socios de la misma, donde pudieron compartir un “desayuno almazarero” basado principalmente en pan y aceite, que en este caso fue un aceite temprano, recién obtenido, que hizo las delicias de todos los asistentes, que por cierto dieron buena cuenta de él.

Al final del desayuno, se hizo un corro donde los participantes se fueron presentando. "Ya aquí, se empezó a vislumbrar el lado más humano de todos los asistentes sin excepción, unos (voluntarios) se volcaban en ser hospitalarios y otros (visitantes) se mostraban agradecidos por el recibimiento que habían tenido, pero solo era el comienzo, la jornada estaba empezando", narraban sobre el inicio de la jornada. Los asistentes visitaron las instalaciones y conocieron de mano del vicepresidente de la Cooperativa todo el proceso que hace la aceituna antes de ser envasado y llegar a la mesa de los socios y clientes. Algunos, tanto de los visitantes, como de los acompañantes y colaboradores nunca habían pisado una Almazara, era la primera vez y la verdad, es que quedaron sorprendidos tanto de la amplitud de las instalaciones como del trato que se le da a la aceituna.

A continuación visitaron el Museo Cerezo Moreno y pudieron disfrutar de la amplia muestra de cuadros que allí se expone. Fueron recibidos por María del Mar, quien con mucho cariño y cercanía les hizo un amplio relato de la historia del Museo y de su autor, que también gustó y sorprendió a los visitantes. "Al terminar la visita del museo, fuimos al salón parroquial, donde pudimos degustar una amplísima y abundantísima selección de dulces donados por la Panadería Agudo. Poco a poco se iba integrando el grupo, se iba facilitando el dialogo, se iban contando sus particularidades y se iba creando una ambiente ameno, distendido y entretenido", explicaban.

Tras la degustación, repuestas las fuerzas, se desplazó el grupo al templo parroquial donde el párroco Germán García hizo de anfitrión. "Comenzó invitándonos a la oración personal, que después los internos decidieron acabar alabando juntos a Dios con un canto a Jesús. Después les introdujo en los pormenores del templo, su historia, su razón de ser, un primer anuncio impactante sobre la fe Cristiana, sobre todo nos presentó a Jesús, el mensaje fundamental de Jesús sobre Dios y la invitación fundamental de vida que Jesús nos quiere trasmitir, para después hacer un recorrido minucioso y catequético sobre todas y cada una de las imágenes y cuadros que nuestro templo alberga. No sabemos lo que tardó, lo que sí sabemos es que nadie tenía prisa, y ninguno quedamos indiferente", compartían los participantes.

Mientras tanto un grupo de voluntarios, prepararon el almuerzo, unas viandas que compartir y una paella. "Luego una larga tertulia, un ambiente muy íntimo donde cada uno se sinceró, se dialogó entre todos, hablaron de sus cosas y de sus situaciones. Al terminar nos fuimos dando un paseo por el pueblo, haciendo el recorrido de la procesión del Señor de la Salud, hasta su ermita; hemos llegado a las cinco de la tarde y a esa hora está previsto celebrar la Eucaristía en la Ermita del Stmo. Cristo de la Salud, no podía ser de otra forma, había que llegar a nuestro Patrón, que tantas y tantas peticiones recibe a diario. Hoy no podía ser diferente", añadían sobre la actividad.

Antes de entrar, en un ambiente distendido, bromas, risas y algún testimonio (grabado) que pone el vello de punta. Dos internos relataron su situación y lanzaron un mensaje a la gente joven para que aprendan a decir NO a todas las tentaciones que el mundo ofrece, que la felicidad no está en el consumo, está en la familia, en los amigos, en el trabajo……..". Entramos a la Ermita y empezó la Eucaristía, con una canción a la guitarra que hizo uno de los internos con una voz que nos enterneció. Se vieron lágrimas en algunos asistentes y miradas de complicidad. Se hacieron las lecturas, elegidas, apropiadas, el evangelio del Hijo pródigo, nuestro Párroco se esmeró en la homilía, corta, emotiva, porque quiso que la completásemos nosotros, los asistentes, con lo que nos saliera del corazón y empezaron las intervenciones, al principio con miedo, luego con soltura, con confianza", compartían.

Se preparó un escenario apropiado, un círculo, cercanos unos de otros y el altar abajo. "Se hacieron las peticiones, de la misma forma, lo que a cada uno les salía del alma, se dieron gracias, se hacieron reflexiones que calaron y siguieron las lagrimas en algunos ojos rojizos, nos dimos la paz, rezamos el padrenuestro de la mano y todo nos pareció diferente, más intimo. Y llegamos a la comunión, en las dos especies, silencio, recogimiento y mientras, otra vez la guitarra y la voz desgarrada que nos llegó al corazón y se hacieron nudos en la garganta y no queríamos que se acabe la misa………pero llegó la hora de la despedida", explicaban con la emoción vivida.

Una jornada que empezó con recelo y acabó en abrazos. "Como si nos conociéramos de toda la vida y alguien piensa que además de los visitantes, además de los voluntarios y colaboradores, entre todos sin que nadie lo viera había Alguien más………pero nadie lo dice, todos lo piensan. Bendita jornada que pensamos que íbamos a dar y acabamos llenos de Paz", concluyen.
 

 

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