VIVIR A FONDO | CICLO C – XXVII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO

26 septiembre 2022

LC 17, 5-10

En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería. ¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ¿ven y ponte a la mesa”? ¿No le diréis más bien: “¿Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».

Los apóstoles piden al Señor el don de la fe. También nosotros, discípulos seguidores de Cristo, tenemos que pedir el don de la fe con la convicción y la experiencia “que la fe mueve montañas” o que la fe puede hacer que “una morera se desarraigue y se plante al medio del mar”.

Hoy nos toca la apasionante tarea de aprender nuevos caminos por abrirnos al Misterio de Dios, siguiendo de cerca a este Jesús que sabía «enseñar el camino de Dios conforme a la verdad».

 

Pasos de este camino: El primero, hoy como siempre, es reconocer y aceptar la propia finitud. En el fondo, la vida me va diciendo de mil formas que yo no lo soy todo, no lo puedo todo, que no soy la fuente de mi ser ni su propietario. El segundo paso es aceptar ser desde esta Realidad que llamamos «Dios». Aceptar con confianza este Misterio que fundamenta nuestro ser. En esta confianza radical consiste propiamente la fe, mucho antes que el individuo se integre en una religión o iglesia determinada.

Estos pasos no se hacen con absoluta seguridad. Hay una certeza de fondos, pero acompañada de oscuridad. La fe «pasa» al interior del individuo como gracia y regalo del mismo Dios. La persona «sabe» que no está sola, y acepta de vivir de esta presencia oscura pero inconfundible de Dios.

La confianza en esta Realidad que llamamos «Dios» lo cambia todo. Hay muchas cosas que siguen sin entenderse, pero la persona «sabe» que la palabra «Dios» esconde un misterio en lo que hay, lo que de verdad desea el corazón humano. Lo importante es, entonces, «dejarse amar».

Repetir la oración de los apóstoles: «Auméntanos la fe» hace un gran bien a las personas que viven en investigación religiosa. 

(J.A.Pagola)

– Con mi experiencia de fe, busco en mi recuerdo y pongo rostro a las moreras que se han plantado al medio del mar o en las montañas que se han movido.

– Asimismo a menudo buscamos “recompensas” a nuestra acción como creyentes. ¿A ti también te pasa?

– «Somos unos sirvientes que no merecen recompensa: hemos hecho sólo lo que teníamos que hacer.» ¿En qué ocasiones concretas hago lo que tengo que hacer sin buscar recompensas?

No paro de buscaros
San Agustín

Señor, Dios mío,
tanto como he podido, y tanto como vos me habéis dado de
poder, os he buscado
y he deseado ver con el entendimiento
aquello que he creído.
He discutido mucho y he trabajado.
Señor, Dios mío, única esperanza mía, escuchadme,
porque no me canse de buscaros,
antes siempre y con afán os busque, vos, que me habéis
concedido de encontraros
y todavía me habéis dado la esperanza de encontraros
más y más.

Ante Vos tenéis mi fuerza y mi debilidad.
Conservadme aquella y curadme de esta.

Ante Vos tenéis mis conocimientos
y mi ignorancia:
allí dónde me habéis abierto la puerta, acogedme cuando entre,
allí dónde la habéis cerrado, abridme cuando llame.
Haced que me acuerde de vos, haced que os entienda
y haced que os ame.

El Credo

Lletra de Carlos Mejías Godoy

https://www.youtube.com/watch?v=fdeKAU9ZhwE

Creo Señor firmemente
que de tu pródiga mente
todo este mundo nació.

Que de tu mano de artista
de pintor primitivista
la belleza floreció.
Las estrellas y la luna
las casitas, las lagunas
los barquitos navegando
sobre el río rumbo al mar.

Los inmensos cafetales,
los blancos algodonales
y los bosques mutilados
por el hacha criminal (bis)

Creo en Vos
arquitecto, ingeniero,
artesano, carpintero
albañil y armador.

Creo en Vos
constructor del pensamiento
de la música y el viento
de la paz y del amor.