Una iniciativa que nos interpela

28 enero 2016

Se trata del Villarreal Club de Fútbol; en el club han tomado una hermosa iniciativa tiene a la que llaman “Entrenamiento en valores”; la llevan a la práctica con todos sus equipos de las divisiones inferiores, de una forma progresiva, ordenada y sistemática.

Os invito a ver y leer el reportaje al respecto accediendo a los dos enlaces siguientes:



¿Qué os ha parecido? No sé si detrás de esta iniciativa habrá algún antiguo alumno salesiano, pero lo cierto es que la “salesianidad” de lo que el Villarreal CF está haciendo es inequívoca y contundente.

Mi primera reacción ha sido dar gracias a Dios porque, desde una institución de naturaleza profesional y deportiva, estén llevando a cabo algo tan educativo. Que personas que están inmersas en el negocio del fútbol estén poniendo en el centro de sus preocupaciones la persona de los niños y jóvenes más que su rendimiento profesional y económico, es una buena noticia.

A renglón seguido mi reacción ha sido dejarme interpelar: “Y nosotros, salesianos de Don Bosco, ¿qué estamos haciendo en el mundo del deporte y a través de él?” En nuestro ADN salesiano el deporte ocupa un lugar importante; forma parte de nuestra tradición, constante en el tiempo y universal en el espacio, la promoción del deporte como actividad, medio e instrumento educativo. En efecto, el deporte sirve, en primer lugar, para atraer y retener a muchos  jóvenes que no se movilizarían por motivaciones religiosas o estímulos culturales; sirve, después, para la socialización y para la vivencia de valores intrínsecos a la actividad deportiva, que son muchos: la disciplina, el trabajo en equipo, el respeto a las reglas y a las personas, el saber ganar y perder, la capacidad de esfuerzo y trabajo, etc.

Una queja que ha sido frecuente en nuestras casas en relación al deporte es que, lo que nació como medio e instrumento, se nos convierte fácilmente en fin. Nos quedamos entonces a medio camino y desaprovechamos las potencialidades educativas y evangelizadoras de algo tan atrayente para los jóvenes como es el deporte.

Además de ir a fondo en las posibilidades educativas intrínsecas al deporte en sí mismo, ¿no sería posible aprovechar  la estructura y organización de equipos, entrenadores y directivos, para lanzar iniciativas de carácter social y también de contenido explícitamente evangelizador y religioso?

El deporte debe estar inserto y debe participar del Proyecto Educativo-Pastoral de la casa salesiana, y, por tanto, debe ser ocasión de crecer como Comunidad Educativo-Pastoral, y de desarrollar y trabajar en cada persona las cuatro dimensiones del PEPS: la educativo-cultural, la evangelizadora-catequética, la social-asociativa y la vocacional. 

La práctica deportiva no está reñida con el recorrido de un Itinerario de Educación en la Fe; al contrario, le ofrece el sustrato del equipo como grupo ya constituido, de la regularidad en la asistencia a los entrenamientos y partidos, del ambiente de libertad y agrado en que la actividad se desarrolla.

Claro, para que eso pueda ser realidad se necesita convicción y decisión de parte de los salesianos y de los directivos de nuestros clubes deportivos o actividades extraescolares; claridad en la propuesta a los chicos y a los padres desde el primer momento; formación de los entrenadores y técnicos para que sean verdaderos educadores deportivos y acompañantes-catequistas de los equipos. Y todo ello requiere esfuerzo, dedicación, acompañamiento y aplicación de recursos.

La iniciativa del CF Villarreal nos interpela. Ellos lo están haciendo; ¿por qué no nosotros? Estoy convencido de que podemos hacer más y mejor, de que el deporte puede seguir siendo una actividad fecunda pastoral y vocacionalmente.

¿Nos lanzamos?
 

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