Medio centenar de salesianos de la Región Mediterránea aprenden a ser directores

13 agosto 2019

El Curso de formación y reciclaje de directores salesianos, organizado por las delegaciones de Formación Ibérica y de Italia-Medio Oriente, para la Región Mediterránea, se ha realizado en Santiago de Compostela, del 1 al 7 de agosto.

Los participantes eran directores, algunos de reciente nombramiento, de casas salesianas de toda la región: dos de Portugal, dos de la Inspectoría de Medio Oriente y los demás de las inspectorías de España e Italia. Por parte de la Inspectoría María Auxiliadora estuvieron presentes 6 directores, uno de ellos, nuevo.

Se reunieron un total de 52 directores. Se trata del primer curso de formación de directores realizado en el ámbito de la Región Mediterránea. Al encuentro participó el Regional, Stefano Martoglio, que este curso pasado ha realizado la visita extraordinaria a la inspectoría de Santiago el Mayor.

Estuvieron presentes los inspectores de España, Juan Carlos Pérez Godoy y Ángel Asurmendi. Los ponentes del curso fueron salesianos y seglares quienes desarrollaron tres temáticas fundamentales para el cargo de dirección: la identidad del Director Salesiano, su misión de animación de la Comunidad Salesiana y de la Comunidad Educativo Pastoral.

La experiencia tuvo momentos de oración y celebraciones, tiempo también para la convivencia, la visita a la comunidad salesiana local y al Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago.

Fernando García, coordinador de las escuelas de la Inspectoría Santiago el Mayor y uno de los ponentes en la formación, afirmó: “Somos testigos de un carisma que tenemos que cuidar como el mejor de los tesoros, por muchas que puedan ser las dificultades del camino, sintiéndonos apasionados con nuestra vocación de ser memoria viva de Don Bosco en nuestras casas”.

La última mañana del Curso, el grupo de directores recibió el emocionante testimonio de siete animadores de los centros juveniles de Kafrun, Aleppo y Damasco, en Siria, quienes regresaban después de haber participado como voluntarios durante un mes en algunas de las iniciativas pastorales del verano.
 

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