“Fue algo único compartir con gente de todo el mundo, todos viviendo una misma fe”

12 agosto 2016

La experiencia de una Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) era nueva para muchos, como por ejemplo para mí y mis ocho compañeros de Gran Canaria. Desde hace tiempo nos fuimos preparando para esta nueva experiencia que íbamos a vivir, por lo que estar en Cracovia la semana de la JMJ era algo increíble.

“Bienaventurados los Misericordiosos, porque ellos alcanzarán la Misericordia” era el lema de esta Jornada Mundial de la Juventud, y a lo largo de tres días, fuimos viendo en las catequesis con los Obispos y comprendiendo más el significado de la Misericordia con las charlas de los obispos, testimonios personales y reflexiones del día.
 
También fuimos comprendiendo lo que el Papa Francisco nos quería decir de una forma clara y directa. En la bienvenida el Papa Francisco nos dijo que le producía dolor ver a jóvenes que parece que se han jubilado antes de tiempo, “Me preocupa ver a jóvenes que han tirado la toalla antes de empezar el partido” pero nos pidió que no permitamos que nos roben las energías, la alegría y los sueños. Otra frase que nos llegó a todos fue durante la Vigilia, en la dijo que los jóvenes confundimos la felicidad con un sofá, donde estamos cómodos y tranquilos, y esto hace que nos quedemos dormidos y atontados, y cito textualmente: “No vinimos a este mundo a vegetar, a pasar cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca, al contrario hemos venido a otra cosa, a dejar huella”.
 
Se me pasan muchos momentos de esta JMJ por la cabeza, pero sobre todo dos momentos de la Vigilia. El primero, cuando el Papa nos dijo que nuestra respuesta al mundo en guerra se llama fraternidad, hermandad, comunión, familia, y nos pidió que nos diésemos la mano y rezáramos en silencio. El segundo también fue un momento de silencio y de oración, esta vez justo en el momento de la adoración eucarística, cuando todo el Campus Misericordiae se quedó en silencio, lleno de lucecitas de velas, rezando todos juntos, creo que fue una bonita experiencia de oración para todos.
 
Por último quiero hablar del ambiente, el poder compartir este encuentro con gente de todo el mundo, sin importar sitio de procedencia, ni lengua, pero todos viviendo una misma fe, fue algo único. Agradecer a todos los que han ido y organizado el viaje del grupo de Salesianos España, porque una vez más nos hemos sentido en familia. Y también destacar la hospitalidad de la gente que nos ha acogido en su casa durante la semana de la JMJ, porque nos han ofrecido todo lo que tenían y más para que nos sintamos en casa. Gracias JMJ, por haber sido una gran experiencia para mí y para muchos, y como ha dicho el Papa Francisco: “La JMJ comienza hoy y continúa mañana”.

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