ESTUDIO DE LA PALABRA | CICLO B – XVII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO

19 julio 2021

Propuesta de Lectio Divina personal (o en grupo)

XVII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO Ciclo B (Jn 6, 1-15)

 

 

ORACIÓN

Creemos que estás en medio de nosotros, Padre, y en nuestro interior;

creemos que el Espíritu de tu Hijo nos impulsa.

Te pedimos que no dejamos de estar abiertos al Espíritu,

y que sepamos escuchar sus insinuaciones.

Que venga sobre nosotros tu Espíritu

que nos ayude a conocer más a tu Hijo

a través de la Palabra que ahora escucharemos.

(B) PASOS PARA LA MEDITACIÓN

  1. LEE…

¿Qué dice el texto?

Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.

Texto (Jn 6, 1-15)

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron de pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Comentarios:

Más que la multiplicación de los panes habría que hablar de la multiplicación del «pan». Es evidente que el interés del narrador no está centrado en el hecho en sí, sino en su significado. En la mente del evangelista el milagro deber ser considerado como signo, que apunta a otro pan que puede saciar toda clase de hambre. Así lo pondrán de relieve tanto el discurso sobre el pan de la vida como el discurso eucarístico. Pero es todo el conjunto el que nos ofrece la base para afirmar que el evangelista intenta que sus lectores entiendan el relato como el signo de la salvación, que Jesús ha traído para los hombres. Es el cumplimiento de las esperanzas asociadas a la pascua: la liberación total del hombre de sus esclavitudes, incluida la de la muerte; es la superación de lo que parece imposible a los hombres (sólo se les ocurre pensar en el dinero: doscientos denarios, o lo que es igual, doscientos jornales, no servirían de mucho); es un gesto sólo comprensible desde la fe.

El poder de Jesús no debe ser mal entendido. Acepta ser «el profeta que había de venir». Niega ser el rey, que ellos esperaban. Se anticipa aquí la afirmación que hace el mismo Jesús ante Pilato: Mi reino no es de este mundo (Jn 18, 36). Jesús, en cuanto el enviado del Padre, no tiene pretensiones políticas; no entra en colisión con el César; el campo de sus competencias es distinto. De este modo se defendía también a la comunidad cristiana, que estaba siendo acusada por los judíos ante Roma de ser un movimiento político-revolucionario en lucha contra el imperio (Hch 17, 7).

  1. MEDITA…

¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Sugerencias:

Lo poco que tiene, la nada que es, se convierte en el todo que da, que pone a disposición”.

“Aceptar que Él transforme nuestros corazones de piedra, aptos para cálculos, en corazones capaces de saciar a la gente con la riqueza del amor y del servicio.”

                 –     “Tú eres el pan de vida”

                 –     “Tú eres el camino”

  1. CONTEMPLA Y REZA…

¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Sugerencias:

Señor, en mi corazón y en mi mente siempre estás,

te doy gracias porque me bendices y obras milagros en muchos momentos,

quiero seguir tu ejemplo, escucharte más, obedecerte

y dejar que obres sobre mí, en mis necesidades;

sé que eres el único que siempre está listo para ayudarme y proveerme;

perdóname por aquellas veces cuando pruebo mi fe

y no es tan fuerte como yo quisiera, sobre todo en los momentos más difíciles,

es mi humanidad y te pido que en esos momentos estés más presente.

  1. ACTÚA…

¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

  1. COMPARTE…

Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.

  1. DA GRACIAS…

Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.

 

Gracias, Padre, por lo que me has revelado con esta Palabra.

Ayúdame a progresar en el conocimiento de tu Hijo, Jesús,

y hazme dócil a la acción del Espíritu en mi vida.

 

Fuente Oración: Evangelio al dia 2020 Ed. CCS

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