EPN | CICLO C – IV DOMINGO DE PASCUA

2 mayo 2022

Evangelio Jn 10,27-30

Narrador: Escuchad esta historia que os creo que os voy a contar, creo que os gustará mucho.

Jesús: Las obras que yo hago. Si no creéis en mí, creed en mis obras.

Niño 1: ¿En nombre de quién obras tú?

Jesús: En nombre de mi Padre que está en los cielos.

Judío 1: ¡Eso no puede ser, estás mintiendo! ¡Cómo vas a ser tú Hijo de Dios! Ya ves que nosotros no creemos en ti.

Jesús: Porque vosotros no sois de mis ovejas.

Judío 2: ¡Aclara eso, vamos, acláralo!

Jesús: Es fácil de entender. Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.

Niño 1: Nadie sigue a otro sin recibir nada. ¿Qué les das tú a tus ovejas?

Jesús: La vida eterna.

Niño 2: ¿Eterna? Seguro que esas ovejas pronto morirán. O cualquiera te las quitará de las manos. Es la ley de la selva, amigo.

Jesús: Ni perecerán, ni nadie las arrebatará de mis manos.

Niño 1: ¿Por qué estás tan seguro? ¿Quién te dio esas ovejas?

Jesús: Esas ovejas me las dio mi Padre.

Niño 2: ¿Y por qué no te las podemos quitar?

Jesús: Porque nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre, ya que Él es más que todas las cosas.

Niño 1: ¿Qué relación tienes tú con el Padre? ¿Tan unido estás a él?

Jesús: Amigos, el Padre y yo somos uno.

En este evangelio, Jesús es presentado por los primeros cristianos como un Pastor Bueno. Y lo es porque nos conoce, nos quiere, le seguimos y apreciamos su voz. Es más, sabemos que dio su vida por nosotros, y que allí donde vayamos, nos acompañará. Es un Pastor Bueno, porque se desvive por sus ovejas.

 

Tú eres el buen pastor,
que alimentas nuestra vida,
que nos llevas a abrevar con agua viva,
que nos das resguardo y abrigo.

Haznos saborear
los pequeños pasos del día a día.
Ilumina nuestros horizontes.

Vamos a jugar

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