EPN | CICLO C – DOMINGO DE RAMOS

4 abril 2022

Evangelio Mc 11, 1-10

NARRADOR: Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles:

JESÚS: Id a la aldea de enfrente, y cuando entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: «El Señor lo necesita», y lo devolverá pronto.

NARRADOR: Fueron y encontraron el borrico en la calle atado a una puerta; y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron:

GENTE: ¿Por qué tenéis que desatar el borrico?

NARRADOR: Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron. Llevaron el borrico, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás, gritaban:

GENTE: ¡Viva, bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David! ¡Viva el Altísimo!

Jesús entró en Jerusalén montado en un burro y fue aclamado por toda la gente que le recibió diciendo: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor Dios! ¡Bendito el que viene a salvarnos! Los amigos de Jesús, de todos los tiempos y lugares, celebramos una vez al año esta fiesta del domingo de Ramos y nos preparamos para vivir con él la semana más importante de los amigos de Jesús, que se llama Semana Santa.

 

Señor,

vienes, y me necesitas,

Ayúdame a ser

dócil como el borrico

que te acogió sobre él;

disponible como la piedra

que espera tu mano

para gritar su alegría;

esperanzado como el corazón

que se desborda

cuando siente el amor cercano.

 

Vienes y todo se trastoca,

todo despierta y acoge vida.

Y yo quiero poner también

a tus pies el manto de mi vida,

el grito de mi garganta,

el paso de mi andadura,

la esperanza de mi misterio unido en el tuyo,

el de tu cruz y el de tu gloria.

Vamos a jugar

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