EPN | CICLO B – III DOMINGO DE PASCUA

11 abril 2024

Lc 24,35-48

NARRADOR: En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice:

JESÚS: ¡Paz a vosotros!

NARRADOR: Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y él les dijo:

JESÚS: ¿Por qué os asustais?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona.

DISCÍPULO 1: Ma…, ma…, Maestro ¿eres tú? ¿No eres un fantasma?

JESÚS: Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo

DISCÍPULO 2: Es que… llegas y te vas tan rápido, ¡que pareces un fantasma!

JESÚS: Dicho esto, les mostró las manos y los pies.

NARRADOR: Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:

JESÚS: ¿Tenéis ahí algo de comer?

DISCÍPULO 1: ¿Te quedarás hoy un poco más?

NARRADOR: Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:

JESÚS: Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y el los Profetas y Salmos acerca de mí

DISCÍPULO 1: ¿qué todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de ti, tenía que cumplirse?

DISCÍPULO 2: ¡Claro! estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará al tercer día…

NARRADOR: Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y les dijo:
JESÚS: Sí está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.

Otra vez se apareció Jesús a sus amigos, después de resucitar y les saludó con las mismas palabras: ¡ Paz a vosotros! Ellos seguían despistados. Jesús continuó diciendo: ¡No tengáis miedo. Soy yo. Si tenéis algo para comer vamos a compartirlo! Y comió con ellos un trozo de pescado a la brasa. Poco a poco iban aceptando que Jesús había resucitado y empezaron a quitarse el miedo y la pena.
Ayúdanos Señor,
a saber que Tú estás a nuestro lado, que nos escuchas,
que nos atiendes y que quieres relacionarte con nosotros.
Danos Señor la gracia de creer en ti, sabiendo que Tú estás vivo.
Llénanos de ti e inúndanos de tu paz y amor, Señor
Vamos a jugar
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