EPN | CICLO A – XVII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO

19 julio 2023

Evangelio Mt 13, 44-52

NARRADOR: En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:

JESÚS: El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

DISCÍPULO 1: Maestro, ¿el tesoro se lo encuentran sin buscarlo?

DISCÍPULO 2: Pero hombre, vaya tontería. Si lo encuentras, quiere decir que lo estás buscando. Si no buscas, no encuentras, ¿entiendes?

JESÚS: El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra.

El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

DISCÍPULO 1: Creo que lo entiendo.

JESÚS: Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo.

DISCÍPULO 1: ¿Quieres decirnos que el reino de Dios es el mayor de nuestros tesoros?

DISCÍPULO 2: Veo que sigues sin enterarte. También nos quiere decir que debemos hacer un gran esfuerzo para ponernos en relación con él.

Esta parábola no nos dice que podemos comprar con nuestro dinero el reino de Dios, pues lo que realmente nos dice es que el reino de Dios es nuestro tesoro más preciado.

Y si nos damos cuenta del gran valor que tiene en nuestras vidas, conoceremos que la verdadera riqueza es Dios.

Señor,

te damos gracias porque gratuitamente

nos regalas el tesoro más preciado,

la perla de más valor: tu Reino.

Vamos a jugar

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