Iremos a medias: Ildefonso Casas, Auxiliadora y Carlos

24 enero 2020

Iremos a medias

Salesianos Montilla

Ildefonso Casas Nieto: Nos encontramos en el colegio San Francisco Solano de Montilla, concretamente con el matrimonio coordinador del movimiento Hogares Don Bosco, ella es Auxiliadora Mejías higienista dental y él es Carlos Raigón dentista. Además, ella es catequista en la casa y él es salesiano cooperador y tienen tres hijos.
Auxiliadora y Carlos: Él es Ildefonso casas Nieto Salesianos de Don Bosco natural de Palma del Río. Actualmente forma parte de la comunidad de Córdoba como en Montilla hace tiempo que no tenemos comunidad salesiana es nuestro guía espiritual, viene a prestarnos su servicio pastoral.

P: ¿Qué nos une?
ICN: En primer lugar nos une el sentimiento de hacer iglesia, de formar parte de una iglesia local aquí en Montilla. Y nos sentimos unidos a ese carisma con la figura de Don Bosco.
AC: Nos unen los jóvenes qué alegría todo lo que conlleva la espiritualidad salesiana nos une también el grupo de hogares y una persona que es nuestro hijo David y uno de sus monaguillos.

P: ¿Cómo me enriquezco?
ICN: En primer lugar con el testimonio y el ejemplo de estos seglares que nos ayudan a tener siempre presente y vivo el carisma de Don Bosco. En los años que llevo aquí en Montilla he comprobado que la salesianidad se puede palpar en muchísimos aspectos del día a día.

AC: De don Ildefonso nos enriquecemos con su sola presencia. Como en la película monstruos S.A. la risa es lo que más alegría transmite y don Ildefonso se ríe continuamente de una forma sincera contagiando a los jóvenes. Es realmente un Don Bosco en nuestro tiempo.

P: Cuál es nuestro sueño para esta campaña
ICN: Yo creo que el sueño es el mismo que el que tenía Don Bosco: vernos felices, que nos sintamos a gusto y que los que estamos haciendo las veces de Don Bosco se encuentren en una casa llena de salesianidad.

AC: Esta campaña era para mi absolutamente necesaria y deseada. Se habla de que la esposa de Cristo es la Iglesia, igual que cuando nosotros nos casamos dejamos de ser dos, para ser uno. Nosotros (salesianos y seglares) también teníamos que dar ese paso de sentirnos uno. El hecho de que no tengamos aquí salesiano todos los días en una comunidad no podía hacernos sentir cojos sino que somos uno y como tal, tenemos que sentirnos y ser depositarios del carisma. Para lograrlo, sigamos trabajando juntos. Somos Uno.

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