Vivir el carisma de Don Bosco en la vejez

24 enero 2019

Por: Xavier Costa

La edad no perdona y vivir la vejez desde el carisma salesiano es toda una experiencia que se lleva a cabo en las tres casas de salud de nuestra Inspectoría: Barcelona – Martí, Codolar, El Campello – El Mirador,  y Sevilla – Pedro Ricaldone.

Al frente de estas casas encontramos a los salesianos Máximo Echávarri  (Martí Codolar), Antonio Zaragoza (El Campello) y Fidel Martín (Pedro Ricaldone), que se desviven, conjuntamente con un equipo de profesionales y voluntarios, por sus salesianos mayores y enfermos.

El objetivo es que estén bien cuidados, acompañados y puedan seguir aportando su granito de arena desde la limitación de capacidades que comporta la vejez y los achaques de salud asociados a la edad.

¿Cómo lo viven sus responsables?

Máximo explica que para él esta nueva tarea “ha sido un momento de “corte” entre la orientación de mi vida, hasta ahora, y la nueva. He pasado de dedicarme a niños, jóvenes y adultos, a salesianos ancianos. Un cambio de 180º.  Es una suerte poder hacerlo y es digno de mucho respeto. Son hermanos que con su esfuerzo, han creado, trabajado y levantado la Inspectoría durante muchos años, y han dado lo mejor – todo- de sus vidas”.

Por su parte, Antonio explica que “descubro día a día la riqueza de sabiduría y experiencia de los hermanos que constantemente enriquecen mi vida salesiana y me ayudan en el crecimiento de mi fe. Ojalá que cada salesiano tuviera la oportunidad de conocer de cerca el tesoro que tenemos en El Campello”.

Fidel intenta cada día “tratar de la mejor manera que puedo, a esos salesianos que nos enseñaron a ser lo que somos. Vivo esta experiencia de servicio, con alegría y paciencia”.

Ritmo de actividades y acompañamiento adaptado a sus necesidades

En las tres casas de salud se realizan diferentes actividades, la más importante para la mayoría de salesianos está focalizada en los servicios religiosos (momentos de oración, eucaristía, etc). Cada hermano sigue un ritmo distinto según sus aficiones y campos de interés. Pero siempre hay un buen grupo a los que les gusta los juegos de mesa, como por ejemplo jugar al dominó, compartir ratos de televisión, escuchar la radio, etc. Disfrutan y, de este modo, al menos por un rato, se les olvidan sus males.  

En algunas de las casas el voluntariado juega un papel muy importante. Además de los salesianos de la comunidad, con frecuencia personas voluntarias de diferentes ambientes salesianos vienen para acompañarles en la sala de estar, en sus habitaciones e incluso salen a dar paseos por los jardines y otros espacios abiertos de la casa; el buen clima acompaña siempre y les mejora la salud.

TESTIMONIOS PROFESIONALES

"Es una gran experiencia y enorme responsabilidad que cada residente pueda seguir viviendo su salesianidad"

Jordi Blancafort. Enfermería. Barcelona – Martí Codolar.

Hace 10 años que estoy en Martí-Codolar como responsable del equipo de enfermería, mi trabajo es la gestión y organización del equipo humano que trabaja en la Residencia para que cada residente pueda recibir la mejor asistencia posible dentro de los recursos existentes.

Para mí, es una gran experiencia y enorme responsabilidad que cada residente pueda seguir viviendo su salesianidad adaptado a las circunstancias de la edad y la enfermedad. Intentar que sea vivida por sus residentes como una casa más de su vida, pero también entendida como especial para la Inspectoría (igual que las otras Casas de Salud) por las necesidades extraordinarias que requieren cuando les falta ese bien tan preciado como es la salud.

 

"Es muy emotivo y me anima día a día a seguir creciendo como profesional de la salud"

Juan Antonio García. Enfermero. Sevilla – Pedro Ricaldone.

Soy el enfermero de la Residencia Salesiana D. Pedro Ricaldone. Mi función principal es vigilar detenidamente el estado de salud de todos los pacientes y acompañarlos en su evolución. En esta casa recibimos hermanos que acuden con enfermedades agudas, que requieren un tratamiento y una vigilancia intensiva durante unos meses, y posteriormente vuelven a recuperar su independencia y pueden regresar a sus casas de origen (ictus, fracturas de cadera, operaciones programadas…) y por otro lado, hermanos con enfermedades más crónicas y con  más dependencia para las actividades básicas de la vida diaria, donde controlamos su evolución y les acompañamos hasta su final (Parkinson, Alzheimer, tumores, demencias…).

Siempre he sido una persona muy ligada a la congregación salesiana, crecí en la casa madre, los salesianos de Utrera, y desarrollé mi vocación como cristiano en el servicio a los enfermos. Para mí, poder entregar mis conocimientos y mi afecto a aquellos salesianos que han dado su vida por nosotros, es muy emotivo y me anima día a día a seguir creciendo como profesional de la salud.

"El cariño que les he dado se me ha devuelto con creces"

Mónica Carreño. Cuidadora. El Campello – El Mirador

Mi labor en la Casa Salesiana, junto a mis compañeras, y asistidas por la doctora Navarro, consiste en ayudar a las personas enfermas a realizar tareas cotidianas y atenderlas en necesidades como el aseo, la ingesta de alimentos o la compañía. La parte más dura de esta profesión es la de acompañarlos en el último momento de sus vidas. No todo es de color de rosa y, más que un trabajo físico, se requiere mucha paciencia. Los “abuelos”, como los llamamos cariñosamente, llegan a formar una parte muy importante de nuestras vidas.

Trabajar con personas mayores te aporta muchas cosas positivas. Yo vine a vivir a Alicante hace ya 12 años, que se dice pronto, y mi único empleo aquí ha sido en Salesianos. Es algo que agradeceré siempre porque en este tiempo he conocido personas estupendas, de las cuales he aprendido muchísimo. El cariño que les he dado se me ha devuelto con creces. Mi familia vive en Asturias y todos sabemos que los seres queridos son una parte muy importante de nuestras vidas. Pero puedo decir que desde que trabajo en Salesianos me he sentido como en familia, como en mi propia casa. He recibido muchísimo cariño y muestras de afecto y en días que, quizá, me sentía un poco sola, llegaba al trabajo y siempre contaba con algún abrazo. Por eso quiero agradecérselo a los “abuelos” que siguen entre nosotros y a los que ya no están.

CASA DE SALUD PEDRO RICALDONE. SEVILLA

¿En qué año empezó a funcionar la casa de salud?  Comenzó sus andaduras en el curso de 1996, siendo inspector D. Cipriano González, creando una comunidad compuesta por cuatro salesianos de los cuales, dos de ellos trabajaban en la formación profesional de la casa. El primer director de esta casa de salud fue D. Rafael Mata. 

¿A cuántos hermanos ancianos atendéis en estos momentos?  Actualmente atendemos a un total de 12 salesianos, 9 de ellos son dependientes para todas las actividades básicas de la vida diaria, mientras que los tres restantes son más independientes. Tenemos capacidad para atender hasta un total de 18.  

¿Con qué tipo de personal contáis (enfermería, cocina, médico, fisioterapeuta, etc.) y cuántos son? El equipo actual está formado por una parte, en la atención sanitaria, por un  doctor, un enfermero y 10 auxiliares de enfermería. Por otra parte, en la prestación de servicios, contamos con dos empleados de limpieza y una cocinera.

TESTIMONIOS SALESIANOS

" Vivo el carisma de Don Bosco, con la voluntad de seguir mi vida salesiana, aceptando los límites normales"

 

Don Antonio  Armiñana. Salesiano, 93 años. Barcelona – Martí Codolar.

Con mi edad avanzada, vivo el carisma de Don Bosco, con la voluntad de seguir mi vida salesiana, aceptando los límites normales, aceptando la voluntad de Dios. He tenido varias operaciones, lo que me ha llevado a una gran dependencia.

He trabajado en diferentes colegios salesianos: desde Mataró a Andorra, pasando por muchos colegios. Hace 7 años que estoy en la Residencia de Ntra. Sra. De la Merced. Agradezco lo que hacen con mi persona. Vivo como encerrado en mi inevitable aislamiento. Como hobby me han gustado las  manualidades y en concreto la papiroflexia. Actualmente me ocupa bastantes horas del día. Al llegar el cumpleaños de un salesiano residente, le regalo una flor de papel, alusiva a los gustos del hermano.

También, durante varios años he ido ideando, creando y modelando el Belén que cada año montamos en la Residencia.  He dedicado muchos afanes al proyecto, desarrollo y realización del belén, en Navidad. He representado diferentes escenas y edificios; uno de ellos ha sido integrar la Casa de Don Bosco de I Becchi en el belén. Año tras año, manos más jóvenes realizan el montaje con nuevas aportaciones.

"Doy gracias al señor por su presencia en mi vida actual, a través de las personas y de los jóvenes.

 

 

 

 

 

 

 

Don Edesio Fernández. Salesiano, 84 años. Sevilla – Pedro Ricaldone.

“Con alegría y dando gracias al señor por su presencia en mi vida actual, a través de las personas y de los jóvenes.”

"Después de tantos años de vida activa salesiana aquí y en Oriente, le agradezco al Señor la vida que me concede"

 

 

 

 

 

Don  José Carbonell, Salesiano, 90 años. El Campello – El Mirador.

Después de tantos años de vida activa salesiana aquí y en Oriente, le agradezco al Señor la vida que me concede, y en el mismo agradecimiento quiero incluir la oportunidad que Él me sigue dando para rezar por tantas situaciones que se dan en todas las partes del mundo, tantas necesidades y no pocas personas que en estos momentos me vienen a la memoria.

Desde esta casa que tenemos en El Campello rezo cada día por las vocaciones, le pido al Señor que ilumine a los salesianos que están ahora mismo desarrollando muchas tareas en el ejercicio de diversas funciones, sin olvidarme de ninguno.

Mi vida, como la de mis hermanos de El Mirador, lleva un ritmo muy organizado y sereno, que es lo que nos hace falta, y atendidos siempre por estas grandes personas que nos cuidan, las enfermeras, la doctora y todos los que nos atienden. Desayunamos a las nueve y media, celebramos la eucaristía a las diez y media, comemos a la una y cuarto de la tarde, merendamos a las cinco, rezamos el santo rosario a las seis y cenamos a las ocho y cuarto de la noche. Tenemos tiempo para leer, seguir las noticias del mundo, rezar la liturgia, escribir correos. Y por todas estas cosas doy gracias a Dios.  

CASA DE SALUD NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED. MARTÍ CODOLAR- BARCELONA

¿En qué año empezó a funcionar la casa de salud?  La Residencia se inició paulatinamente, y en lento desarrollo, compartida con la antigua Comunidad. Podemos situarla en 1979 en sus primeros pasos, coexistiendo con los demás hermanos.

¿A cuántos hermanos ancianos atendéis en estos momentos? A  22.

¿Con qué tipo de personal contáis (enfermería, cocina, médico, fisioterapeuta, etc) y cuántos son?  El servicio especializado está externalizado: doctora, enfermeros, cocina, aseo de personas y limpieza de espacios. Son: una doctora, un coordinador general,  tres enfermeros, seis auxiliares y una empresa responsable de cocina y limpieza. Y hay dos salesianos, responsables del acompañamiento de los salesianos ancianos.

CASA DE LA SALUD EL MIRADOR. EL CAMPELLO

¿En qué año empezó a funcionar la casa de salud? Inició su andadura el día 5 de septiembre del año 1995, siendo Jesús Mari Mélida su primer morador, pero enseguida en las horas siguientes empezaron a ocupar sus habitaciones Pedro Llinares, Luis Jornet, José Choimet, Rafael Muñoz y Ambrosio Díaz. El primer responsable de la casa de salud fue José Luis Mélida. Desde el primer minuto los hermanos empezaron a darle vida a esta nueva fórmula de presencia salesiana, con muchas expectativas por delante y también con “alguna que otra mosca en la oreja”, como dice el refrán.

 ¿A cuántos hermanos ancianos atendéis en estos momentos? A ocho hermanos, más otros dos que están recuperándose después de diversas intervenciones quirúrgicas.

 ¿Con qué tipo de personal contáis (enfermería, cocina, médico, fisioterapeuta, etc) y cuántos son? Hay un excelente equipo de enfermería con la especialidad en geriatría, en turno continuado de 24 h, responsables, entregadas y muy profesionales, guiadas por una doctora, también con la especialidad en geriatría. El Campello, al ser una casa integrada, por decirlo de alguna forma, pone al servicio de los salesianos de El Mirador a un gran equipo de personas que dedican tiempo para atenderles: cocina, limpieza, mantenimiento y personal de administración y servicios. Mensualmente les atienden otros grandes profesionales, que así lo demuestran en cada una de sus visitas: mensualmente un podólogo, y con una fisioterapeuta cada vez que se necesita establecer un periodo de atención. Los salesianos de la comunidad también cuentan en el momento de hacer una referencia a las atenciones que reciben los hermanos de la casa de salud por el amplio abanico de atenciones que se tienen con ellos.

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