Testimonio de Luis Javier Barajas, salesiano coadjutor

30 noviembre 2020

Por Luis Javier Barajas

 

Soy Luis Javier, salesiano de Don Bosco desde hace seis años. El camino que he recorrido para llegar a profesar los votos religiosos empezó cuando conocí a los salesianos, estudiando el bachillerato en México. Un día de aquellos vino un hermano a ofrecernos la experiencia de conocer la vida de los salesianos viviendo en la comunidad mientras terminábamos el último curso; aceptamos esa propuesta tres alumnos, pero a pesar de que fue una temporada muy bonita en mi vida, donde conocí la vida de Don Bosco a través de una biografía de un tal Teresio Bosco, y mejor aún, a través de la vida de los hermanos de aquella comunidad, no me atreví a ir al prenoviciado (que estaba en la capital) y me despedí de los salesianos para empezar a estudiar ingeniería mecánica. 

Años más tarde, en concreto en el 2011, estando en Madrid, en una tanda de Ejercicios Espirituales entendí que Dios me llamaba a volver con los salesianos, aunque en ese momento pensaba en hacerlo como sacerdote, pero fue clave en mi decisión que el primer salesiano con el que hablé en Madrid fue un salesiano laico, llamado Juanjo, que me hizo comprender que ese era el tipo de vida al que Dios me llamaba: a ser salesiano sin dejar de ser laico y así es como opté por decir sí a la propuesta de vida religiosa para ser testigo del amor de Dios a los jóvenes a los que él me enviaría junto con los hermanos salesianos que antes lo habían sido para mí.

 

También te puede interesar…