Reflexión vocacional: Déjate acompañar

29 diciembre 2020

Francisco J Perez Camacho

Coord. Insp. Animación Vocacional

En este mes de enero tendrás la oportunidad de contemplar a Don Bosco con mucha admiración y cariño. Es muy interesante que te acerques a él antes de ser D. Bosco para contemplar a aquel adolescente vitalista, entusiasta, con ganas de aprender y de labrarse un futuro, pero con muchas incertidumbres.

Unos de los encuentros más entrañables de Juan es el que tuvo con D. Calosso. Aquello le cambió la vida y le supuso una orientación clara en su vocación como cristiano llamado a ser pastor.  Así lo cuent: “Me puse enseguida en las manos de Don Calosso, que hacía solo unos meses había llegado a la capellanía. Le manifestaba con naturalidad mis deseos, mis pensamientos y todo lo que hacía. Esto le agradó mucho porque así me podía guiar con mayor conocimiento tanto en lo espiritual como en lo temporal”. 

Juan encontró en este sacerdote a un “amigo del alma”, un acompañante que supo sacar de él lo mejor. A pesar de su ancianidad, se tomó muy en serio el acompañamiento del joven Juan. Con él, el rendimiento en los estudios fue mayor, se sentía seguro de recibir un afecto paternal, del que carecía. .

Es posible que te encuentres muy a gusto en tu casa salesiana y que participes en todas las propuestas que se hacen, pero es muy importante que, para crecer y desarrollarte al máximo como cristiano, tengas a algún salesiano o animador mayor que te acompañe. Con él podrás ir descubriendo qué quiere Dios de ti. Es muy difícil acertar en una decisión, si antes no contrastas con alguien que te conozca y te pueda ayudar a afrontar la realidad de tu persona y la llamada que Dios te hace. 

Te propongo que, como compromiso, en este mes de enero, busques a alguien con quien hablar personalmente, a quien contarle con transparencia todas las cosas que te inquietan y preocupan, así como los sueños que crees que Dios tiene para ti. 

El acompañante es el compañero de viaje que ayuda a discernir la voz del Espíritu, el vigilante que no deja perder las metas fundamentales de la ruta; el padre, el amigo y el maestro que colabora para que el sueño de Dios sobre ti se convierta en realidad. 

 

Búscate un acompañante y adelante. 

¡Feliz mes de Don Bosco!

 

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