Magone: Un Campamento vocacional muy especial

24 mayo 2019

El Campamento Magone tiene una larga trayectoria en nuestra inspectoría. El primero fue en el verano de 1994 y se realizó en la casa salesiana de San José del Valle (Cádiz). Tras unos años fabulosos en los cuales pasaron por esta experiencia numerosos chavales, entre los cuales muchos de ellos hoy son salesianos, en 2016 se trasladó la experiencia a Palma del Río, en donde ya este verano se iniciará la 4ª edición. En esta últimas cuatro ediciones han participado 26 jóvenes de diferentes casas de la inspectoría. La experiencia comienza el sábado 29 de junio y concluye el 21 de julio. En estos últimos años han participado 5 o 6 jóvenes educadores cada año. Se espera un número similar para este verano.

El salesiano Paco Jaldo es, desde el pasado curso, el responsable de la experiencia junto al también salesiano José Miguel Núñez, Coordinador de la Animación Vocacional de la inspectoría. Jaldo se encarga de acompañar a los jóvenes que realizan la experiencia y les ayuda a hacer síntesis personal de la experiencia que están viviendo. Cada año les ayuda otro salesiano que completa el equipo. “El Campamento Magone quiere ser una experiencia de vida salesiana que ayude al joven a poder descubrir que quiere Dios de él. Los que participan de esta experiencia son jóvenes que sienten que la vida salesiana puede ser un camino por el que Dios les está guiando, un camino para ser felices. Los cuatros pilares en los que se sustenta el campo de trabajo durante estos 25 años han ayudado a muchos descubrir que Dios les llama a ser salesianos”, explica Jaldo.

Los cuatro pilares de la experiencia Magone

La experiencia Magone se sustenta en cuatros pilares, más el acompañamiento que se ofrece, con los que se ayuda a hacer el discernimiento vocacional.

  • Una experiencia comunitaria. Los dos salesianos con los jóvenes forman una comunidad que quiere compartir durante ese mes vida y misión, como hacen los salesianos en las comunidades. Cuidando de forma especial la fraternidad.
  • Una experiencia de oración. Cuidando los momentos de oración diaria y de una forma especial la eucaristía diaria que se celebra. También se cuidan y se buscan espacios de oración tranquilos para tener un dialogo sereno con el Señor.
  • Una experiencia formativa. Por la tarde se dedica un momento para la formación, con diferentes temáticas: salesianidad, pastoral, aspecto de la fe, iglesia, cristología, etc.
  • Una experiencia pastoral. Los salesianos y el grupo de jóvenes que están haciendo la experiencia se integran en el equipo de animadores de la casa y llevan adelante el campamento urbano que se realiza para alumnos de la secundaría por la mañana, y por la noche se anima la terraza de verano y los campeonatos deportivos que se organizan para jóvenes mayores de 15 años.
Preguntamos a José Miguel Núñez, Coordinador de la Animación Vocacional de la inspectoría.

¿Qué valor le da la Inspectoría a este tipo de experiencia de discernimiento vocacional?

El campamento urbano Magone es un campamento para el discernimiento vocacional que se viene desarrollando, con distintas modalidades en la inspectoría desde hace muchos años. Es un momento privilegiado dentro del itinerario de animación vocacional del año y en él participan chicos que ya están realizando un cierto camino de discernimiento. Creo que es importante para la inspectoría y se ha intentado cuidar en todos estos años con una propuesta creativa, bien acompañada y con los elementos necesarios para que los jóvenes candidatos a la vida religiosa salesiana puedan dar pasos en el discernimiento.

¿Se están pensando nuevas experiencias en esta línea?

Estamos ofertando experiencias nuevas continuamente, porque la animación vocacional es siempre creativa y flexible. La Comunidad Propuesta es una buena prueba de ello. En este momento estamos trabajando también sobre el proyecto “BEBE” que es una propuesta muy completa de espiritualidad juvenil con vistas al discernimiento vocacional. En el proyecto, proponemos momentos sistemáticos de oración, experiencias de acompañamiento, retiros espirituales, formación en el carisma salesiano, voluntariado en el servicio a los jóvenes más pobres, convivencias, etc. La propuesta creo que es variada y las necesidades pastorales nos piden estar siempre y cada vez más en alerta para seguir re-proponiendo experiencias que toquen la vida de los jóvenes.

Testimonio: José Miguel Pérez. Salesiano en formación participante en el Campamento 2018

José Miguel Pérez ha sido uno de los salesianos que el año pasado participó de esta experiencia y nos ha hecho llegar un artículo de reflexión que escribió en julio del 2018 sobre lo que había significado para él. A continuación algunos extractos del artículo titulado: “Pan, trabajo y paraíso”.

“Creo que es una experiencia muy rica y positiva, para poder seguir confrontándote como salesiano, porque te ves envuelto en una comunidad y una actividad pastoral donde hay hermanos salesianos que llevan más años en el camino y, por detrás, los jóvenes que se plantean su camino vocacional.

Esta experiencia me ha ayudado personalmente a ver como quiero ser en mi vida salesiana, mostrándome realmente como es la vida salesiana, haciéndome olvidar las casas de formación, que están dedicadas al estudio y, por tanto, llevan otros ritmos.

Aquí ves como tus hermanos, te apoyan y acompañan antes las dificultades y retos cotidianos. Pudiendo hacer tú lo mismo con los jóvenes que hacen la experiencia Magone, que, hasta no hace muchos años, la realizabas tú, y estabas con las mismas inquietudes, incertidumbres y miedos.

También me ayudó mucho a creerme que debo ser como Don Bosco, en medio de los jóvenes, sabiéndolos acompañar y respetar sus tiempos. Doy gracias a Dios por esta experiencia Magone, por mis hermanos salesianos que nos han acompañado, que te hacen la vida más fácil y te ayudan a ver a Dios, hermanos salesianos que me asisten todos los días y me ayudan a ser fiel”.

Nueva plaza en San José del Valle para reconocer 25 años de campamentos salesianos

El nuevo espacio ganado para la sociedad vallense se llama Plaza Magone, en referencia a los campamentos urbanos que organiza la comunidad salesiana asentada en San José del Valle. El próximo julio se cumplirán 25 años de la edición inicial de los citados campamentos. Una escultura, aportada por Salesianos y alusiva a su labor formativa, se instaló en el centro de la nueva plaza.

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