Conociendo a Toni y Marta, matrimonio del Movimiento Hogares Don Bosco

29 diciembre 2020

Por Jorge Juan Reyes, sdb.

Toni y Marta forman parte del Movimiento Hogares Don Bosco y de la Asociación de Salesianos Cooperadores; han estado comprometidos con la formación de parejas jóvenes; animan grupos de fe; y trabajan como profesores, él en una escuela salesiana y ella en un instituto-escuela público. En todas estas actividades emplea su tiempo esta joven pareja que, desde su época de adolescentes, descubrieron el carisma salesiano, y se enamoraron de él con pasión.  

Toni es licenciado en química; y Marta, maestra de educación especial. Se casaron en el año 2012. Tienen 2 hijos, Xavier, de un año, y Mireia, de 4 años. Al poco tiempo de casarse decidieron realizar una experiencia de voluntariado como misioneros laicos salesianos. Estuvieron 2 años en Costa de Marfil trabajando como maestros y animadores en la presencia salesiana de Duékoué. Esta experiencia los marcó profundamente. 

Toni y Marta descubrieron que Dios los llamaba a formar parte de la familia salesiana a través de la vocación matrimonial y como salesianos cooperadores. Tras un proceso de discernimiento y maduración, tomaron la decisión de decir sí a la propuesta de Dios. Viven felices con este hermoso proyecto. 

VyS: Toni y Marta, ¿cómo fueron vuestros años de adolescentes y jóvenes en la casa salesiana?¿Qué recuerdo tenéis de esos años? ¿Qué os aportó?

TyM: Aquí tenemos recuerdos distintos.

  1. Yo venía de estar en el oratorio en las salesianas y después el centro juvenil y los grupos de fe en salesianos. Mi hermano era monitor del centro juvenil, en el cual entró por casualidad. Yo fui alumna del colegio… tengo muy buenos recuerdos y muchas personas en mente: animadores, monitores, salesianos, salesianas… En mi caso, aportó un gran apoyo en una época personal complicada, por la muerte de mi padre, e influyó en muchas decisiones posteriores con el testimonio de muchos de ellos. 

T: Aunque fui alumno de los salesianos desde pequeño, empecé en el centro juvenil y más tarde como animador por “casualidad”. Visto con perspectiva, creo que no fue casualidad. Para mí el CJ supuso un lugar en el que me encontraba como en casa y acabó siendo una parte muy importante de mi vida. Tanto que fue allí donde descubrí mi vocación con los jóvenes que se ha traducido en ser profesor. 

VyS: Ambos compartís la vocación salesiana laical matrimonial y la de salesianos cooperadores, ¿cómo la habéis descubierto?¿Qué os ha ayudado a tomar esta decisión?

TyM: Son dos vocaciones distintas pero que se pueden complementar. En nuestro caso creemos que las hemos ido descubriendo a partir de distintas experiencias de vida y de encuentros con distintas personas. La vocación de salesianos cooperadores nos llegó por sorpresa durante nuestra experiencia en Duékoué. Vivimos la formación de salesianos cooperadores más jóvenes que nosotros, que querían dar su vida por los jóvenes, siguiendo a Don Bosco… eso nos hizo replantear si conocíamos bien la figura de los salesianos cooperadores de nuestro entorno. Cuando volvimos, de nuevo las “casualidades” nos llevaron a encontrar un grupo de nueva creación de aspirantes que se planteaban esta vocación y que ha sido el impulso definitivo y un gran acompañamiento en este camino. Aunque es una decisión personal, el hecho de compartirla nos ayuda a hacerla crecer.

En lo que se refiere a la vocación salesiana laica matrimonial, creemos que ha sido fácil dado que partíamos de la experiencia individual de cada uno en el mundo salesiano y ha sido un paso natural compartirla en el matrimonio. Ahora tenemos el gran reto de transmitirlo a nuestros hijos. 

VyS: ¿Os habéis encontrado con alguna dificultad? ¿Cómo la habéis resuelto?

TyM: La mayor dificultad que nos encontramos es no poder comprometernos como antes. Nos gustaría podernos comprometer más, poder llegar a más jóvenes. Actualmente hacemos malabarismos para compaginar estos compromisos con el día a día de nuestros hijos. Pero creemos que es natural y que poco a poco todo se recolocará. 

VyS: ¿Qué es lo que más os llama la atención de la figura de Don Bosco?

TyM: Que siempre creyó en los jóvenes, hasta en los que nadie creía. Él tenía fe y esperanza en la juventud y tenía claro que era su misión. También tenía unas fuertes convicciones cristianas que lo ayudaban a llevar a cabo todo lo que se proponía. Fue un revolucionario en su época y siempre iba con todos los que la sociedad parecía dar la espalda. 

 

VyS: ¿Cómo veis a los jóvenes de hoy?¿Qué creéis que es lo más positivo que tienen?

TyM: Nosotros vemos a jóvenes de muchas maneras distintas y de muchas realidades diferentes. Los hay comprometidos, hay que no saben qué quieren, hay algunos que parecen tristes, otros felices… Está claro que vivimos unos tiempos inciertos y de inmediatez, y que esto influye en estos jóvenes y sus relaciones. Lo más positivo que tienen es que como jóvenes que son, aún no han perdido la esperanza en cambiar, construir y luchar por y para un mundo mejor (y esperamos que muchos de ellos/as no la pierdan). 

VyS: ¿Conocéis algún chico o chica que tenga inquietudes vocacionales? ¿Qué le diríais?

TyM: Inquietudes vocacionales tienen todos los jóvenes que se preguntan alguna vez qué quiere Dios de ellos y ellas. De entrada les diríamos que estén abiertos a escuchar la llamada de Dios, que puede ser muy diversa y puede tener muchas respuestas distintas. No tener miedo a caminar hacia aquello que les hace felices, ya sea la vida matrimonial, la vida religiosa, la soltería… Dios nos quiere felices y cada uno tiene que encontrar la manera de poderlo conseguir. El acompañamiento personal, los grupos de fe y la comunidad pueden ayudar en este discernimiento. 

A los jóvenes (y no tan jóvenes) que están en distintos momentos de su camino, les decimos que no tengan miedo, que la Iglesia entendida como comunidad los acompaña y que personalmente nosotros rezamos por ellos. 

 

Muchas gracias   

 

Jorge J.Reyes, sdb 

 

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