Conociendo a Sor Sofía, FMA

30 noviembre 2020

Por Jorge Juan Reyes

La experiencia vivida en un encuentro de pascua con un grupo de jóvenes cuando estaba en primero de Bachillerato, la marcó profundamente en su persona y en su vida. Desde entonces, esta Hija de María Auxiliadora ha creído que el Señor la llamaba para algo. Dijo sí a la llamada de Dios, el 5 de agosto del año 2016, día en que concluyó el noviciado e hizo su primera profesión religiosa, en Italia. Ahora reside en Madrid, en el barrio del Pilar. Aquí comparte su vida con una comunidad de 6 hermanas. Trabaja como profesora en un colegio salesiano, y como educadora en un proyecto socioeducativo que las FMA llevan en el barrio, con chicos en riesgo de exclusión social, y en el centro juvenil. 

Sofía Parra nació en Guadalajara, el 17 de noviembre de 1990. Estudió la ESO y el Bachillerato en el Colegio Salesiano. Hizo el Grado en Matemáticas. Le gusta mucho el fútbol, el ciclismo, dibujar, la serie de los “Hombres de Paco”, y el cine. Se siente feliz siendo Hija de María Auxiliadora.  

VyS: Sofía, en estos momentos, ¿cómo te encuentras?

S: Estoy feliz, disfrutando de la nueva misión y lugar en el que estoy, con muchas ganas de entregarme hasta mi último aliento por los jóvenes, estando con ellos en el patio, hablando, jugando, compartiendo,…

Feliz de ir haciendo poco a poco realidad el sueño que el Señor tiene para mí.

 

VyS: Todo surgió en una pascua juvenil, ¿qué descubriste en esa experiencia?

S: Algo muy sencillo y a la vez muy importante: que el Señor me quería a mí personalmente, es más, que me amaba hasta la locura, como nadie. A mí, con mi situación, mis circunstancias, mi historia, mis luces y sombras… Fue concretamente un Viernes Santo, durante la Adoración a la Cruz.

Fue entonces donde pensé que quería y necesitaba responder con amor y totalidad a ese AMOR con todo lo que soy, disponible para lo que Él quisiera; y que así también otros jóvenes descubrieran e hicieran experiencia que es cierto, que Dios nos quiere personalmente.

 

VyS: Cuando dices que quieres ser FMA, ¿qué pensaron tus padres? ¿Y tus amigos?

S: Desde esa Pascua Juvenil hasta que entré con las salesianas pasaron 4 años. Por lo general, la gente cercana no se sorprendió demasiado, iban viéndome crecer y tomar opciones como la implicación en el CJ de Guadalajara como animadora.

Mis amigos de toda la vida y del CJ me apoyaron y acompañaron en este camino y mi familia también me ha ido acompañando en cada paso. No obstante, los primeros fueron momentos difíciles para mi familia, les costaba entenderlo y aceptarlo.

 

VyS: Ser FMA, ¿qué ha aportado a tu vida?

S: Ser lo que soy y como soy. En este tiempo he ido conociéndome más y abriéndome al proyecto de Dios sobre mí, haciéndole más espacio en mi vida, he conocido realidades completamente nuevas para mí como el trabajo social con otras culturas y religiones que ahora tanto me apasiona; he conocido muchos hermanos y hermanas con los que compartir la vocación dentro de la Familia Salesiana; he aprendido a relacionarme con Dios de una forma mucho más cercana y sencilla,… Y gracias a ello mi camino se ha cruzado con el de muchas otras personas.

 

VyS: ¿Te has encontrado con alguna dificultad? ¿Cómo la has superado?

S: Por supuesto. Las dificultades están en todas las opciones de vida. Lo importante creo yo es no rendirse, ser resilientes, luchar por lo que creemos y amamos, confiárselas al Señor y confiar en personas que me han acompañado en este camino.

 

VyS: ¿Qué es lo que más admiras de Don Bosco y de María Mazzarello?

S: La pasión por Dios y por los jóvenes. Los grandes sueños, la entrega hasta el último aliento por y para los jóvenes más pobres, su relación cercana y profunda con Dios,…

 

VyS: ¿Qué le dirías a un joven que estuviera planteándose su vocación?

S: Vale la pena; es sentir que Dios te quiere y sueña que seas feliz, que estés realizado/a, que te des a los demás,…  Cada uno de nosotros tiene una vocación ya sea siendo religioso, religiosa, cura, monja, en el matrimonio, en las misiones,… lo importante creo yo que es preguntarnos cuál es, estar abiertos a que Dios cuente algo en nuestra vida y si descubrimos lo que es ¡adelante! porque eso nos hará felices y dará sentido a nuestra vida.

 

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