VIVIR A FONDO | CICLO A – XV DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO

10 julio 2023

Mt 13,1-23

Aquel día, Jesús salió de su casa y se sentó a la orilla del lago. Acudió a él tanta gente, que subió a sentarse en una barca, y toda la gente quedó en la playa. Y les dijo muchas cosas en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar y, al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en un pedregal, donde no había mucha tierra, y brotó en seguida porque la semilla no tenía profundidad en la tierra; pero al salir el sol la abrasó y, por no tener raíz, se secó. Otra cayó entre zarzas; las zarzas crecieron y la ahogaron. Otra parte cayó en tierra buena, y dio frutos; una ciento, otra sesenta, otra treinta. ¡El que tenga oídos que oiga!». Los discípulos se le acercaron y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?». Y él les respondió: «A vosotros se os ha dado conocer los misterios del reino de Dios, pero a ellos no. Pues al que tiene se le dará más y tendrá de sobra; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por esto les hablo en parábolas, porque miran y no ven, escuchan y no oyen ni entienden. Así se cumple en ellos la profecía de Isaías: Oiréis pero no entenderéis, miraréis pero no veréis. Porque la mente de este pueblo está embotada, tienen tapados los oídos y los ojos cerrados, para no ver nada con sus ojos ni oír con sus oídos, ni entender con la mente ni convertirse a mí para que yo los cure. «¡Dichosos vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron». «Así que vosotros entended la parábola del sembrador. Si uno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno y le arrebata lo sembrado en el corazón. Éste es lo sembrado junto al camino. El pedregal es el que oye la palabra de momento y la acepta con alegría; pero no tiene raíz, es inconstante y, cuando llega la prueba o la persecución a causa de la palabra, inmediatamente se viene abajo. Lo sembrado entre zarzas es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y la seducción de la riqueza ahogan la palabra y queda sin fruto. Lo sembrado en tierra buena es el que oye la palabra y la entiende y da fruto, ciento, sesenta y treinta por uno».

¿Qué momentos de mi vida son los que “han dado fruto”?

Recuerdo uno, lo traigo al presente y siento cómo el Sembrador ha estado presente con sus cuidados y cómo yo he trabajado mi tierra para llegar a ser “tierra buena”.

Del Salmo 64 

Dios y salvador nuestro,

tú nos respondes

con maravillosos actos de justicia;

la tierra entera confía en ti,

y también todos los hombres.

Tú tienes cuidado de la tierra,

la enriqueces a manos llenas.

Ayúdanos para que tu palabra

se adentre muy adentro

y seamos semilla que germina para dar fruto.

“SI ME NOMBRAS” (Ana Belén)

https://www.youtube.com/watch?v=DDb44LS-BAE

Sé que existo si me nombras tú.

Sé que alumbro si me das tu luz.

Que si esperas llegaré puntual.

Si no llegas yo te espero igual.

Que por tu piel me pongo a caminar

En cada despertar.

Que si pides doy, si me llamas voy,

Trenzas mi voluntad.

 

Sé que puedo si me lo juras tú.

Sin tu cara siempre me sale cruz.

 

Si me sonríes vuelo, si te arrodillas creo,

Si tú tropiezas yo caeré.

Si me perdonas nazco, si creces yo te alcanzo

Y si me olvidas moriré.

 

Sé que existo si me nombras tú,

Que si lloras cargo con tu cruz.

Si me rindo es que no oí tu voz.

Si te duele me desangro yo.

Que por tu piel comienzo a caminar

En cada despertar,

Que si pides doy, si me llamas voy,

Trenzas mi voluntad.

 

Sé que existo si me nombras tú,

Que sin ti seré nadie en la multitud.

Que sin ti seré nadie en la multitud.

 

Si me sonríes vuelo, si te arrodillas creo,

Si tú tropiezas yo caeré.

Si me perdonas nazco, si creces yo te alcanzo

Y si me olvidas moriré.