En un tono cercano, pero también claro y rotundo, Miguel Gómez se ha dirigido a los alumnos con reflexiones y ejemplos muy concretos, en una actividad en la la que los alumnos se han mostrado muy atentos y que ha resultado muy participativa.
El salvavidas de los estudiantes caídos
Es fácil que un profesor aburrido aburra, al igual que es fácil que un profesor entusiasta entusiasme. “Ahora me gusta levantarme por la mañana, me levanto contenta, aunque suene mal”, cuenta simpática una estudiante de 14...