La Familia Salesiana en la Iglesia (I)

24 septiembre 2018

CICFASA (1-6)    CAPÍTULO PRIMERO       LA FAMILIA SALESIANA EN LA IGLESIA I

Con humilde y gozosa gratitud reconocemos que Don Bosco (DB), por iniciativa de Dios y la mediación de María, dio comienzo en la Iglesia a una experiencia original de vida evangélica.

El Espíritu plasmó en él un corazón habitado por un gran amor a Dios y a los hermanos y le hizo de ese modo Padre y Maestro de una multitud de jóvenes, además de Fundador de una extensa Familia espiritual y apostólica.

La caridad pastoral, que encuentra en el Buen Pastor su fuente y su modelo, fue para DB constante inspiración en la obra de educador y evangelizador. Con el lema Da mihi animas cetera tolle quiso expresar su pasión por Dios y por los jóvenes, dispuesto al sacrificio para así realizar la misión soñada a los nueve años.

Para responder a las esperanzas de la juventud y de las clases populares de su tiempo, fundó en 1841 el Oratorio concebido como una gran familia juvenil e instituyó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (SDB). Junto con María Dominica Mazzarello fundó en 1872 el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora (HMA). DB se relacionó con muchos católicos comprometidos y con ellos vivió la fuerza de actuar unidos. Nació así la Asociación de los Cooperadores salesianos (hoy ‘Salesianos Cooperadores’- SSCC).

A la fundación de estos tres grupos DB dedicó tiempo, energías, esfuerzo formativo y organi-zativo. Estuvo siempre convencido de que la fuerza apostólica de toda la Familia dependía de la unidad de aspiraciones, de espíritu, de método y de estilo educativo.

DB inició también la Asociación de los Devotos de María Auxiliadora (hoy ‘Asociación de María Auxiliadora’-ADMA) para promover la devoción al Smo Sacramento y la a la Auxiliadora. Con DB se reunieron asimismo los primeros Antiguos Alumnos.

Numerosos Grupos se han ido añadiendo hasta hoy. Muchos han sido reconocidos oficialmente como pertenecientes a la Familia Salesiana (FASA). Aun teniendo vocaciones específicas, reconocen en DB el «Patriarca» común, se sienten animados por su espíritu, y se encuentran en la misión común de servir a los jóvenes, los pobres, los que sufren y los pueblos no evangelizados.

 

Desde la renovación creada por el Concilio Vaticano II,

  • ha ido creciendo la conciencia de pertenecer a una única Familia espiritual y apostólica;
  • se ha precisado el papel animador de los SDB, sosteniendo la imprescindible referencia al Rector Mayor;
  • se han potenciado los intercambios entre los Grupos, llegando a una comunión más fraterna y a una coparticipación de las propuestas formativas y de la acción misionera.

 

El término familia describe el vínculo que une a los grupos. Es la expresión institucional de la comunión interior, carismática y espiritual.

Esa pertenencia se nutre de un espíritu común que cimienta la misión inspirada en el carisma de DB, aun respetando las características propias y originales de cada grupo.

Son diferentes los títulos de pertenencia. El primero es el propio de los SDB, HMA, SSCC y ADMA: son los cuatro grupos constituidos por DB y herederos directos de su obra. A estos se confrontan los demás grupos en lo que se refiere al espíritu, al campo de misión y al método de acción pedagógica y apostólica.

Un segundo título de pertenencia es el de los numerosos Grupos de vida consagrada, tanto religiosos como seculares, y algunas Asociacio-nes católicas, surgidas por algunos hijos de DB. Ellas enriquecen el patrimonio común de la FASA.

Un tercer nivel es el constituido por el amplio Movimiento Salesiano y encuentran en la FASA su núcleo animador. Está formado por los Amigos de Don Bosco, el Movimiento Juvenil Salesiano y, más en general, el Voluntariado Social Salesiano y una amplia presencia de educadores, catequistas, adultos profesionales, políticos simpatizantes, colaboradores aunque pertenezcan a otras religiones y culturas, que trabajan en todo el mundo.

Esta Familia reconoce las diversidades:

– la diferencia de género, masculino y femenino;

– las distintas vocaciones específicas;

– los diversos ministerios al servicio de la Iglesia;

– las distintas formas de vida como religiosos, consa-grados y cristianos solteros o unidos en matrimonio;

– el proyecto de vida salesiana propio de cada Grupo y codificado en los Estatutos respectivos;

– el variado contexto social, cultural, religioso y eclesial en el que los Grupos viven y actúan.

La unidad se nutre de la consagración bautis-mal común que inserta a todos en el Misterio trinitario y en la comunión de la Iglesia:

  • de la participación en la misión salesiana al servicio

de los jóvenes y de los pobres y para la promoción de un nuevo humanismo cristiano;

  • de una renovada ciudadanía y solidaridad globalizada;
  • de la coparticipación del espíritu de DB;
  • del intercambio de dones espirituales dentro de la Familia;
  • de la referencia común a María Auxiliadora y a Don Bosco, su santo Fundador;
  • del vínculo especial con el Rector Mayor, sucesor de DB.

La Familia apostólica de DB es una Familia carismática, es decir, un don del Espíritu a la Iglesia con vistas a una misión (cf. 1Cor 12,1.4-6); sus raíces se encuentran en el Misterio Trinitario, es decir, en ese amor infinito que une al Padre, al Hijo y al Espíritu, fuente, modelo y meta de toda familia humana. Y en este origen, los miembros de la FASA reconocen en su vida el primado del Dios-Comunión. Este es el corazón de la mística salesiana.

La referencia a Dios Padre inspira y motiva a los miembros y a los Grupos de la FASA a acogerse cordialmente, porque Él los ama y Él los llama a colaborar en el campo de la misión salesiana; una invitación a superar miedos y desconfían-zas y a valorar lo que cada uno puede dar.

La referencia a Jesús, Apóstol del Padre, enviado especialmente a los pequeños, a los pobres y a los enfermos, motiva a cada Grupo a poner de relieve alguno de sus rasgos: Jesús niño o adolescente; la vida oculta de Jesús en Nazaret; Jesús obediente, pobre y casto; su figura de buen Samaritano; Jesús buen Pastor que bendice a los niños y reúne en torno a sí a discípulos y discípulas; el Cristo que en la cruz manifiesta su amor misericordioso, sacrificial u oblativo; el Señor resucitado, primicia y esperanza de los resucitados (cf. 1Cor 15, 20).

 

La FASA busca revivir las actitudes y comporta-mientos de Jesús, diferenciando sus servicios a los destinatarios especiales de cada Grupo.

La referencia al Espíritu Santo remite a la fecundidad de la FASA porque es el Espíritu el que le dio a DB Fundador una posteridad espiritual; así han surgido grupos especiales para obras de diversos fundadores, pero unidos a DB, su Patriarca.

El Espíritu solicita por eso a todos que valoren la diversidad de carismas y la pluralidad de fuerzas presentes en las comunidades cristianas, que sepan captar su presencia en las conciencias de las personas, aun fuera de las fronteras de la Iglesia, y que establezca relaciones de diálogo y colaboración con todas las personas de buena voluntad. El Espíritu de Dios distribuye a los fieles diferentes carismas «para el bien común» (1Cor 12,7), iniciándolos armoniosamente en la vida de la Iglesia para su misión de salvación de la humanidad.

Él está en el origen de una maravillosa variedad de Grupos que al contribuir a la misión de la Iglesia, la enriquecen con diferentes dones, mostrando de ese modo la multiforme sabiduría de Dios y haciendo visibles las notas propias de la Iglesia, una, santa, católica y apostólica.

La FASA es un conjunto de cristianos que, con su carisma y su espíritu originales, se ponen al servicio de la misión de la Iglesia, especial-mente en el ancho mundo de la juventud, de los ambientes populares, de los pobres y de los pueblos aún no evangelizados (apostolicidad).

Viviendo en el corazón de la Iglesia y realizando la misión salesiana, pone en evidencia los diferentes dones, integra las vocaciones especiales en el espacio de una única Familia espiritual y apostólica, expresa la comunión entre los diversos ministerios, orientados todos al servicio del pueblo de Dios (catolicidad).

Presente en las Iglesias locales, favorece la comunión entre ellas y con el Papa, reviviendo así la devoción transmitida por DB (unidad); participa en su acción apostólica, ofreciendo una aportación original espe-cialmente en el ámbito de la pastoral juvenil y popu-lar; promueve el entendimiento y la colaboración con otras asociaciones e instituciones  por una educación integral de la persona; toma a su cuidado la orientación vocacional de los jóvenes, educán-dolos en la fe y orientándoles hacia el compromiso apostólico en la Iglesia y en el mundo. Para realizar la misión educativa los Grupos valoran la aportación de los antiguos alumnos aunque pertenezcan a otras religiones o a otras visiones del mundo (catolicidad).

La FASA, desarrollando una espiritualidad característica de origen carismático, enriquece a toda la Iglesia con un modelo de vida cristiana totalmente especial (santidad). Testigo de ello es la numerosa familia de hijos espirituales de DB ya declarados santos, o en camino de la beatificación y canonización.

  • ¿Tenemos que redescubrir el alcance de nuestra fe trinitaria? ¿Qué conlleva?
  • ¿Somos conscientes del papel que tienen los grupos fundados por DB dentro de la FASA?
  • ¿Qué implica trabajar por la unidad como compromiso ineludible en la FASA y en la Iglesia? ¿Y por la catolicidad? ¿Y  por la santidad?

 

 

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