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Hermandades Salesianas, solidaridad como eje de su acción social

8 junio 2020

La situación de alerta provocada por la pandemia COVID-19 ha dejado una vez más al descubierto la inmensa labor realizada desde las Hermandades y Cofradías en el campo de la atención a los más necesitados.

Esta caridad en tiempos de coronavirus no ha consistido sólo en dar, sino en darse, con una total disponibilidad al prójimo, gestando numerosas iniciativas para dar respuesta a las diferentes necesidades de cada localidad, y todo ello, junto a un grupo de voluntarios decididos a prestar un servicio a los hermanos necesitados.

Esta acción social, presente en las Hermandades y Cofradías Salesianas, ha dado visibilidad a un mensaje que, por sencillo, tantas veces pasa desapercibido: hacer caridad no es dar limosna, sino empeñarse personalmente en asistir al hermano necesitado no únicamente para paliar una carencia concreta, sino para contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a hacer justicia, erradicando las causas que generan la marginación y la exclusión social.

Todas estas tareas, llevadas a cabo de un compromiso salesiano, se enmarcan dentro de los programas que las diferentes corporaciones tienen en el campo de la labor asistencial mostrando que esta labor es una extensión que lleva fe a las calles.

Sirva esta noticia para compartir algunos ejemplos llevados a cabos en diferentes puntos de la geografía inspectorial.

1.642 kilos de alimentos de primera necesidad y no perecederos, amén de frutas, verduras y productos lácteos, han sido recogidos por la Bolsa de Caridad ‘Madre de la Iglesia’ de la salesiana Hermandad de La Redención, coincidiendo con la festividad de María Auxiliadora.

Y es que la hermandad ha querido sumar al triduo en honor de la Señora, el triduo de la caridad que ha servido para atender a una veintena de familias necesitadas de la cofradía y del entorno de la Obra Salesiana, para ayudar al almacén del ‘Proyecto Avanti’, proyecto salesiano de nuestra ciudad de ayuda a los sin techo, y en el que participa también la hermandad, y llevar alimentos y apoyos a Cáritas Parroquial de Santa Ana y a las Hermanas Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada, con las que la corporación salesiana colabora de modo habitual.

Ha sido una experiencia enriquecedora que ha puesto de alguna manera el punto y seguido a la labor de reparto de mascarillas y de ayudas alimenticias que se ha desarrollado durante el confinamiento.

Obviamente en estos momentos de dificultad, la Bolsa de Caridad está más activa que nunca y continuará prestando su apoyo tanto al Proyecto Avanti como a la Fundación Don Bosco, así como a las necesidades de sus hermanos y hermanas y a las de la familia que recaban ayuda de la Obra Salesiana.

Desde Córdoba

La Casa Salesiana de Córdoba ha puesto en marcha un proyecto solidario para dar respuesta a las nuevas situaciones de pobreza. Todos los grupos y asociaciones que forman parte de la Casa Salesiana, a través del Consejo de la Comunidad Educativa Pastoral, han constituido un Fondo de Solidaridad para atender las peticiones que están llegando y otras que posiblemente llegarán de familias de la ciudad, del barrio, de manera que puedan hacer frente a esas necesidades de manera común.

A parte de la donación que cada grupo de la casa ha realizado al citado Fondo de Solidaridad, es posible realizar donaciones de manera particular en el número de cuenta  de la La Caixa ES2421005708730200009281. Y es que como dice el Rector Mayor de los Salesianos, D. Ángel Fernández, “…debemos extremar al máximo nuestra sensibilidad y nuestra capacidad de respuesta para ayudar a quienes más lo necesitan…”.

Desde Málaga

La Hermandad Salesiana pone a conocimiento de sus hermanos, de toda la Familia Salesiana de Málaga, vecinos del barrio de Capuchinos y de todos los interesados, los proyectos de caridad que comienzan hoy bajo el lema «Unidos en un corazón».

El primero de ellos es «Desayunos con Don Bosco», y su objetivo es el asegurar los desayunos de cada miembro de familias en dificultades económicas a través de apadrinamientos. 

El segundo va destinado a la creación de un «Banco de personas», en el que se podrá poner al servicio de los demás nuestro bien más preciado: nuestro tiempo, y así «Dar gratis, lo que gratis hemos recibido»

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