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Entrenarse para la Esperanza: el reto nacido de las XXXIX Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana

18 enero 2021

Por Marian Serrano.

Con una gran participación, cerca de 8.000 personas de todo el mundo, participaron del 15 al 17 de enero. De una manera innovadora, arrojaron luz sobre el mensaje del Aguinaldo 2021. El encuentro pudo llevarse a cabo gracias a un gran esfuerzo de organización y comunicación, con oficinas en todo el mundo (Roma, Lisboa, Madrid, Brasilia, Chennai, Quito – Vietnam – Timor Oriental) y una traducción simultánea en más de una docena de idiomas.

El 15 de enero, Asia Oriental y Oceanía comenzaban sus trabajos en grupo a las 9,30 de la mañana (hora italiana) y posteriormente se unieron al inicio de las actividades comunes: oración y presentación del Aguinaldo a cargo del Rector Mayor, don Ángel Fernández Artime.

Con su discurso de presentación, el Rector Mayor ilustró en detalle la invitación que él mismo formuló a toda la Familia Salesiana para este 2021, «ante una realidad global que nos desafía y que no podemos ignorar».

Una idea: hay que entrenarse para la esperanza. El propio Rector Mayor presentó las 7 propuestas que desarrolla en el Aguinaldo 2021: “Nos Mueve la Esperanza. Quiero hacer nuevas todas las Cosas. AP 21,5”.

La mañana se completaba con la ponencia de Mons. Derio Olivero, obispo de Pinerolo, invitado a ofrecer su lectura -bajo la luz de la esperanza- en el tiempo que toda la humanidad está viviendo.

Bajo la luz de la esperanza con un lenguaje de verdad, de posibilidad, para suscitar la fe; con un lenguaje de belleza, porque solo la belleza mueve el deseo; siendo significativos y con un estilo de gratuidad, viviendo lo concreto y la cotidianidad: “si la iglesia se pone como regalo para el mundo, será sal para los hombres y generará esperanza”, afirmaba.

Preparando el entrenamiento
El grupo de España se dio cita a las 6 de la tarde. Animados por Eusebio Martínez, delegado nacional para la Familia Salesiana y Josean Hernández, delegado de Familia Salesiana de Salesianos Santiago el Mayor. Los 170 participantes tuvieron la oportunidad de visitar la Casa Museo de Don Bosco, escuchar las experiencias de esperanza de jóvenes de todo el mundo y reunirse en grupos para reflexionar y proponer el decálogo de la Familia Salesiana para dar forma a la estrategia que permita, como decía el Rector Mayor es su intervención: entrenar la esperanza.

Finalizó el día con una oración preparada por Luis Fernando Álvarez, delegado de Familia Salesiana de la inspectoría Salesianos María Auxiliadora. Y con las Buenas Noches de la inspectora de las Hijas de María Auxiliadora, Rosario García, quien puso como ejemplo de joven de esperanza a Laura Vicuña.

La Voz de los Grupos de Familia Salesiana en el mundo
El sábado 16 continuó el trabajo común en los canales indicados anteriormente y a partir de las 13 horas se transmitió en directo “La voz de los Grupos de la Familia Salesiana en el mundo”. “Nos centraremos sobre todo en compartir los ‘testimonios de esperanza’ vividos en la Familia Salesiana: escucharemos cómo miembros de diferentes grupos y países han traído esperanza en tiempos de pandemia, nos hablarán, a través de vídeos, jóvenes llenos de empuje desde todo el mundo, y recordaremos a los testigos creíbles de esperanza en tiempos difíciles” dijo el Delegado Central del Rector Mayor para la Familia Salesiana, Joan Lluís Playà.

Paralelamente a los trabajos comunes, se realizaron los divididos por idiomas, que fueron gestionados por los distintos centros de coordinación.

El programa dominical fue el mismo para todos, con la misa de clausura presidida por el Rector Mayor a las 12.30 horas de Italia. Desde allí mismo, el Rector Mayor cedía la palabra a Alejandro Guevara, delegado mundial de ADMA quien recogía el sentir y la propuesta del Secretariado Mundial para la Familia Salesiana: “En este momento final del programa, desde el Secretariado de Familia Salesiana. Valorando la presencia en estas jornadas de más de 100 países, gracias a la tecnología y la vitalidad de las inspectorías. Delante del altar de María Auxiliadora sintiéndonos como familia debemos agradecer, la colaboración y la participación, que nos da un profundo sentido que enciende el futuro de esperanza salesiana”.

Se clausuraron las jornadas, en el marco de la misma Eucaristía, delante del mismo altar de María Auxiliadora donde Don Bosco lloró al final de sus días, donde lo comprendió todo. “El trabajo ha sido intenso, todavía siguen llegando las conclusiones de las regiones, el equipo del secretariado las estudiará y  tendrá en cuenta para abrir nuevos horizontes para la Familia Salesiana. Para decir a las nuevas generaciones que Vengan y Vean. Para mirar a Cristo con los ojos de María y la realidad con los ojos de Don Bosco siendo como Familia, signos de esperanza para todo el mundo”, concluyó el Rector Mayor.

Desde la primera edición de la Semana de Espiritualidad de la Familia Salesiana es la primera vez en la historia que tantas personas pueden participar en el evento. Este es ya un primer testimonio de esa esperanza que la Familia Salesiana se prepara para profundizar y celebrar. En una época de crisis y pandemia, los miembros de la Familia de Don Bosco consiguen acercarse como nunca, transformando un problema en una oportunidad: gracias a las tecnologías, pero sobre todo en comunión de oración y arraigado en un carisma común.

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