ESTUDIO DE LA PALABRA| CICLO C – XVII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO

18 julio 2022

Propuesta de Lectio Divina personal (o en grupo)

XVII Domingo de tiempo ordinario Ciclo C (Lc 12,13-21)

 

 

ORACIÓN

Creemos que estás en medio de nosotros, Padre, y en nuestro interior;

creemos que el Espíritu de tu Hijo nos impulsa.

Te pedimos que no dejamos de estar abiertos al Espíritu,

y que sepamos escuchar sus insinuaciones.

Que venga sobre nosotros tu Espíritu

que nos ayude a conocer más a tu Hijo

a través de la Palabra que ahora escucharemos.

(B) PASOS PARA LA MEDITACIÓN

  1. LEE…

¿Qué dice el texto?

Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.

Texto (Lc 12, 13-21)

Uno de entre la gente dijo: Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia.

Jesús le dijo: Hombre, ¿quién me ha hecho juez o árbitro entre vosotros? Y añadió:

Tened mucho cuidado con toda clase de avaricia; que aunque se nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas.

Entonces les dijo una parábola: Había un hombre rico que tuvo una gran cosecha en sus campos. Entonces empezó a pensar: «¿Qué voy a hacer? Porque no tengo donde meter mi cosecha.  Bien -dijo- haré esto: derribaré mis graneros, construiré otros más grandes, meteré en ellos todas mis cosechas y mis bienes, y me diré: ahora ya tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y pásalo bien». Pero Dios le dijo: «¡Insensato! Esta misma noche te van a arrancar la vida. ¿Para quién va a ser todo lo que has acaparado?». Así es el que atesora para sí, en lugar de hacerse rico ante Dios.

Comentarios:

El punto de partida de la parábola de Jesús es un problema de herencia. Según las tradiciones jurídicas judías, el hijo mayor de una familia de dos hermanos recibía los dos tercios de las posesiones paternas. El hombre que interpela a Jesús, dándole el título de maestro propio de los expertos de la ley, es probablemente el hermano más joven que no ha debido recibir nada de la herencia. Jesús rehúsa, sin embargo, dar una sentencia sobre el caso, expresando que el deseo avaricioso de dinero les amenaza a ambos. El término avaricia se refiere a la aspiración a querer tener más. Un deseo incontenible de dinero que no encuentra dónde satisfacerse. Para el evangelio de Lucas este deseo es otra cara de la idolatría, que no hace la vida más segura ni colma las aspiraciones profundas, ni lleva a la auténtica madurez existencial de la persona. Para ilustrar este punto narra el evangelio la parábola. Para Jesús el dinero y las posesiones no son la verdadera vida del hombre. Pero muchas veces somos como el rico de la parábola que no se enriquece ante Dios y pone su confianza en los bienes y cosechas. Este hombre, es llamado insensato, como aquel que según el Antiguo Testamento niega en la práctica a Dios y al prójimo (Sal 13 1), tan absorbido estaba en sus posesiones. En las palabras de Jesús, que vienen a continuación, se explica en qué consiste la verdadera riqueza.

  1. MEDITA…

¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Sugerencias:

“El Dios de la vida se nos acerca en Jesús de Nazaret para enseñarnos el valor supremo: La vida es Dios, amor, don, gratuidad…”

“Dios se nos entrega en aquellos valores que no podemos adquirir con dinero, sólo con amor.”

                 –     “Tú eres la Verdad”

                 –     “Tú eres el Camino”

  1. CONTEMPLA Y REZA…

¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Sugerencias:

Que no ambicione, Padre más que a ti y lo que tú piensas darme,

que será siempre mejor que lo que poseo y anhelo.

  1. ACTÚA…

¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

  1. COMPARTE…

Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.

  1. DA GRACIAS…

Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.

 

Gracias, Padre, por lo que me has revelado con esta Palabra.

Ayúdame a progresar en el conocimiento de tu Hijo, Jesús,

y hazme dócil a la acción del Espíritu en mi vida.

 

Fuente Oración: Evangelio al dia 2022 Ed. CCS

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