ESTUDIO DE LA PALABRA| CICLO B – III DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO

15 enero 2024

III DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO Ciclo B (Mc 1,14-20)
ORACIÓN

Creemos que estás en medio de nosotros, Padre, y en nuestro interior;
creemos que el Espíritu de tu Hijo nos impulsa.
Te pedimos que no dejamos de estar abiertos al Espíritu,
y que sepamos escuchar sus insinuaciones.
Que venga sobre nosotros tu Espíritu
que nos ayude a conocer más a tu Hijo
a través de la Palabra que ahora escucharemos.

1. LEE…

¿Qué dice el texto?
Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.

Texto (Mc 1,14-20)
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio». Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Comentarios:
El lugar geográfico en que Jesús inaugura su presentación es Galilea, una región hasta entonces insignificante y sin relevo. Aquí hace escuchar su voz, apareciendo no como un profeta más, sino como aquel en quien el esperado reino de Dios empieza a ser realidad. Reino de Dios es una expresión que hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y el judaísmo. Resumen todo el que Israel esperaba de los tiempos mesiánicos. En labios de Jesús adquiere un significado concreto: soberanía universal de Dios como padre compasivo y salvador. Sobre los corazones oprimidos destella así un rayo de esperanza.

Esta realidad es ofrecimiento y don de Dios, del cual nadie queda excluido. Pero, si Dios otorga, espera a su vez una respuesta de acogida por parte del hombre. La respuesta exigida se expresa en dos actitudes concretas: conversión y fe.

Convertirse significa literalmente tomar otra dirección, cambiar de rumbo, no quedarse donde se está y como se está, esforzarse para llegar a ser el que se tiene que ser. En el contexto de la predicación de Jesús sobre el reino de Dios esto equivale a permitir que Dios sea Dios, a reconocer a Dios como la realidad que todo lo determina; equivale, en otras termas, a romper la tozudez del hombre, a desmontar su autonomía, a ver y realizar su existencia finita como una existencia recibida de Dios. La segunda actitud, la fe, no es sino el lado positivo de la primera: la apertura y disposición a escuchar, la buena voluntad para abandonarse al poder salvador de Dios con una confianza ciega y total.

Conversión y fe tienen que realizarse en el seguimiento de Jesús. La vocación de los primeros discípulos es, por parte de ellos, un ejemplo concreto de conversión y de fe, y por parte de Jesús, un acto revelador del que él quería y tenía que realizar. Gritando a su seguimiento a unos pescadores, Jesús manifiesta que no se propone actuar como un simple rabino o maestro de su tiempo.

2. MEDITA…

¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Sugerencias:

“Un momento personal, de madurez, de comunicación, de profundidad en que Dios es «absolutamente necesario para que la vida tenga sentido…»”

“El Reino de Dios está llegando, está llegando a tu vida, a la mía, …… Él pasa transformando.”

– El reino está llegando
– Canvia y cree

3. CONTEMPLA Y REZA…

¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Sugerencias:

Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas;
recuérdate de mí, con misericordia, por tu bondad Señor.
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores;
hace andar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.

4. ACTÚA…
¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

5. COMPARTE…
Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.

6. DA GRACIAS…
Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.

Gracias, Padre, por lo que me has revelado con esta Palabra.
Ayúdame a progresar en el conocimiento de tu Hijo, Jesús,
y hazme dócil a la acción del Espíritu en mi vida.

Fuente Oración: Evangelio al dia 2023 Ed. CCS

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