ESTUDIO DE LA PALABRA| CICLO A – XII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO

19 junio 2023

Propuesta de Lectio Divina personal (o en grupo)

XII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO Ciclo A (MT 10,26-33)

 

 

ORACIÓN

Envía sobre nosotros, Señor, tu Espíritu Santo:

que disponga nuestro corazón para escuchar tu Palabra;

que nos conceda encontrarte en ella;

y que haga que esta Palabra se convierta en vida en nuestras personas.

(B) PASOS PARA LA MEDITACIÓN

  1. LEE…

¿Qué dice el texto?

Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.

Texto (Mt 10,26-33)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».

Comentarios:

La expresión “no temáis”, que se repite tres veces, se usa frecuentemente en el Antiguo Testamento para asegurar la ayuda divina (véase por ejemplo: Is 41,10; 41,13; 43,1; 43,5; 44,2; Jr 1,8; 30,10). Ahora esta palabra de consuelo se dirige a los discípulos para que superen el miedo y la angustia que trae consigo la persecución. Va acompañada de tres motivaciones: En primer lugar (MT 10,26-27), el miedo no debe impedir la proclamación abierta del mensaje que Jesús les ha encargado anunciar, pues este mensaje acabará siendo públicamente conocido. Jesús ha venido para manifestar las cosas que estaban ocultas (Mt 13,35), y lo mismo deben hacer sus discípulos. La segunda motivación (Mt 10,28) sitúa a los discípulos(as) en el horizonte del juicio. Lo decisivo no es que la gente pueda quitarles la vida, sino que alguien pueda ocasionarles la ruina definitiva de la vida (el alma) y del cuerpo. No está claro si esta alusión se refiere al Maligno o si se refiere al mismo Dios, revestido de su condición de juez, aunque en la visión de Mateo esta segunda posibilidad es mucho más probable (véase Mt 25,31-46). La tercera motivación (Mt 10,29-31) se fundamenta en la confianza inquebrantable que los discípulos han de tener en Dios, a quien reconocen e invocan como Padre. La solicitud de este Padre llega hasta extremos insospechados. Para ilustrarla, Jesús recurre a una comparación muy elocuente: si el Padre cuida hasta de los pájaros más pequeños e insignificantes y tiene contados hasta los cabellos de los discípulos por los que ni ellos mismos se preocupan, ¿cómo no va a ocuparse de su pueblo querido, que anuncia la buena noticia? La certeza de ser hijos de Dios es, pues, lo que en última instancia, fundamenta la misión, y hace que esta no se detenga ante las dificultades. Las últimas palabras (Mt 10,32-33) retoman el tema del juicio (MT 10,28) y establecen una ecuación fácil de entender: aquello que suceda en el momento de la persecución se repetirá en el momento del juicio; los discípulos que hayan sabido dar testimonio de Jesús ante la gente escucharán el testimonio de Jesús en favor suyo ante Dios, pero aquellos que hayan sucumbido al miedo y le hayan negado se encontrarán con que también Jesús los negará delante de su Padre.

  1. MEDITA…

¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Sugerencias:

“Dios es quién cuida maternalmente de su comunidad”

“El riesgo mayor no es perder la vida física, sino perderse en el camino la vida”.

  • “No tengáis miedo”
  • “Yo lo reconoceré delante de mi padre”
  1. CONTEMPLA Y REZA…

¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Sugerencias:

Cada uno de mis cabellos, Señor, lo tienes

contados, ayúdame a que yo lleve mejor la

cuenta de las veces que mis hermanos me necesitan.

.4. ACTÚA…

¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

5. COMPARTE…

Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.

 6. DA GRACIAS…

Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.

 

Gracias, Padre, por lo que me has revelado con esta Palabra.

Ayúdame a progresar en el conocimiento de tu Hijo, Jesús,

y hazme dócil a la acción del Espíritu en mi vida.

 

Fuente Oración: Evangelio al dia 2020 Ed. CCS

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