Comienzan los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Lisboa en agosto 2023

4 octubre 2022

Del 29 de septiembre al 2 de octubre, en Lisboa, se han encontrado los delegados de juventud de las diócesis de España y los delegados y coordinadores de pastoral de las congregaciones para concretar distintos aspectos de la JMJ, entre ellos destacó el delegado de Pastoral Juvenil de Santiago el Mayor (SSM), Xabier Camino, representando a los Salesianos. El viernes, 30 de septiembre por la tarde, Camino intervino en la asamblea con una ponencia que llevaba por título: «Entre la PEJ y la JMJ: ilusiones y dificultades del momento actual».

Los participantes visitaron el lugar donde serán las celebraciones comunes, la acogida, el via crucis, la vigilia y la eucaristía de envío. Además se encontraron con el equipo coordinador local (COL) en el centro de coordinación donde les explicaron las previsiones y tareas de cara al encuentro. “Ha sido un encuentro increíble, con representante de todas las diócesis y congregaciones, una primera experiencia de la riqueza de la Iglesia y de lo que en esos días vamos a vivir” según explica una representante de las Hijas de María Auxiliadora.

Don Bosco entre los patronos de la JMJ

Para la JMJ Lisboa 2023, el Comité Organizador Local ha propuesto 13 patronos, entre los que destaca Don Bosco, Carlo Acutis, San Antonio de Padua o la beata María Clara del Niño Jesús, entre otros que han nacido en la ciudad que acoge la JMJ o proceden de otros países, y son modelos para los jóvenes.

La universalidad de la iglesia

La JMJ es un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa. Es, además, una peregrinación, una fiesta de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un fuerte momento de evangelización del mundo juvenil. Se presenta como una invitación a una generación determinada en construir un mundo más justo y solidario. A pesar de su identidad claramente católica, está abierta a todos, tanto a los más cercanos a la Iglesia, como a los más distanciados. 

Desde su primera edición, que tuvo lugar en la ciudad de Roma en 1986, la Jornada Mundial de la Juventud destaca como un laboratorio de fe, un lugar de nacimiento de vocaciones para el matrimonio y la vida consagrada y un instrumento de evangelización y transformación de la Iglesia. 

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