ESTUDIO DE LA PALABRA| CICLO A – II DOMINGO DE ADVIENTO

28 noviembre 2022

Propuesta de Lectio Divina personal (o en grupo)

II Domingo de Adviento Ciclo A (Lc 3,1-12)

 

 

ORACIÓN

Envía sobre nosotros, Señor, tu Espíritu Santo:

que disponga nuestro corazón para escuchar tu Palabra;

que nos conceda encontrarte en ella;

y que haga que esta Palabra se convierta en vida en nuestras personas.

(B) PASOS PARA LA MEDITACIÓN

  1. LEE…

¿Qué dice el texto?

Atiende a todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas. Para la comprensión del texto te pueden servir los comentarios que te ofrecemos a continuación.

Texto (Lc 3,1-12)

Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo: «Voz del que grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”». Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: «¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuetes que yo y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».

Comentarios:

Nos encontramos de nuevo en esta sección del evangelio con la misma técnica de los paralelismos que Lucas ha utilizado ya en el relato de la infancia. En primer lugar se nos cuenta la actividad del bautista hasta el momento de su encarcelación por Herodes (Lc 3 1-20). Una vez que Juan ha desaparecido de la escena se inicia el ministerio de Jesús (Lc 3 21- 4 30). Esta separación tan tajante expresa claramente la concepción de la historia salvífica de Lucas. Para él Juan es el último testigo de la antigua alianza (Lc 16 16), mientras que Jesús es el centro del tiempo.

Lucas inicia la misión de Juan situándola en la historia del mundo pagano y en la del pueblo de Israel. En esta descripción geopolítica, como en el prólogo, se advierte la influencia de los historiadores de su tiempo. Pero Lucas no nos quiere dar sólo unos datos históricos. Pretende mostrarnos que la salvación de Dios, que viene con Jesús, no es algo intemporal. Se inserta en una historia y una geografía muy concreta. Así se nos describe la intrincada política de Palestina en la época en que Jesús va a empezar su predicación. Había territorios que dependían directamente de Roma, como era el caso de Judea. Otros, sin embargo, mantenían una cierta autonomía, como la provincia de Galilea. La fecha propuesta por Lucas nos permite afirmar que el comienzo de la misión de Juan ocurrió en los años 27 ó 28 d. C.

Juan es descrito como un profeta itinerante. Sin embargo, no es uno más en la larga serie de los profetas de Israel. Es el último profeta (el juicio inminente, Lc 3 7), el nuevo Elías esperado por Israel (Lc 1 17) y del que nos hablaba el profeta Malaquías (Mal 3 25). Terminará, como muchos de sus predecesores, encarcelado por fidelidad a su misión (Lc 3 19-20). Él viene a preparar el camino del Señor. Es lo que afirma la cita de Isaías (Is 40 1-5). Sin embargo Lucas, a diferencia de Mateo y Marcos, prolonga el texto del profeta hasta el v. 5 para introducir un rasgo universalista (todos) muy propio de su teología.

  1. MEDITA…

¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

Sugerencias:

“No nos contentemos con «ver cosas», abramos los ojos hacia Dios que viene a liberarnos de nuestras esclavitudes.”

“Tengamos el coraje de cortar, de pulir, de rebajar… «Para que todos vean la salvación de Dios»”

                 –       “Venga tu Palabra”

                 –       “¡Ven, Señor!”

  1. CONTEMPLA Y REZA…

¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…

Sugerencias:

Señor,

gracias por poder participar en esta cadena

de mensajeros que te anuncian con su testimonio.

Reconozco que el encargo aviva mi responsabilidad.

  1. ACTÚA…

¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

  1. COMPARTE…

Si la Lectio se hace en grupo, podéis compartir con sencillez lo que cada uno ha descubierto, para enriquecimiento del grupo.

  1. DA GRACIAS…

Puedes acabar este momento con una oración: expresa a Dios lo que has vivido, dale gracias por lo que te ha manifestado, y pide al Espíritu que te haga pasar de la Palabra a la vida.

 

Gracias, Padre, por lo que me has revelado con esta Palabra.

Ayúdame a progresar en el conocimiento de tu Hijo, Jesús,

y hazme dócil a la acción del Espíritu en mi vida.

 

Fuente Oración Evangelio al dia 2022 Ed. CCS

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